16/09/2022
HOY VAMOS A CONTAR UNA HISTORIA DISTINTA, LA HISTORIA DE PAMPITA.
Hace un poco más de 4 meses a una de las voluntarias le llega un mensaje de L. G., diciendo que había chocado a una perra en la ruta pero que estaba apurado y se tenía que ir. En su primer contacto dijo que se hacía cargo de todos los gastos que ocasionara la perrita.
Los vecinos le dijeron que vaya sin problemas, seguramente se estaba muriendo porque parecía estar agonizando. Los vecinos dan aviso a la policía, uno de los uniformados se contacta con otra voluntaria para avisarle del choque.
Vamos hacia el lugar con el móvil policial. La perrita no estaba agonizando como se nos dijo. Inmediatamente llamamos a un veterinario del pueblo (cabe aclarar que era día feriado, se nos complicó conseguir atención veterinaria de inmediato por eso). Pudimos contactarnos con uno y de inmediato fuimos con el móvil policial a la veterinaria, le contamos la situación como lo describió la persona que la chocó.
Necesitábamos si o si un tránsito, una voluntaria no dudó en llevarla a su casa. Empezaba lo más "complicado" porque la perra no caminaba, no hacia sus necesidades por si sola. Estuvo 1 mes sin poder caminar, siempre ayudándola en todo momento para TODO. Seguimos al pie de la letra el tratamiento, que además de medicamentos todos los días, requería estudios y rehabilitación. El tercer día del choque tuvimos que ir a un veterinario de un pueblo vecino para hacerle una radiografía porque no se podía parar, se le había desviado un ojo y no escuchaba muy bien. No le encontraron nada, pero los veterinarios que la vieron coincidían que el golpe fue en la cabeza. L.G. nunca preguntó por el estado de la perra o si necesitábamos algo. Todos los gastos veterinarios y de medicamentos los pusimos a su nombre (como se había pactado). Pampi estaba evolucionado súper bien con los medicamentos, y la familia que la tenía en tránsito la ayudaba a hacer la rehabilitación en sus patas.
Después de 2 meses sin poder caminar, sin poder escuchar bien y con un ojo desviado, Pampita empezó a querer caminar y a avisar cuándo quería hacer sus necesidades.
Después de 4 meses del choque pampita camina súper bien, escucha bien y su ojito se acomodó; pero se empezaron a complicar aún más las cosas con L.G. porque le íbamos mandando todos los gastos y empezó a preguntar quien se hacía cargo de su camioneta que se había roto, que Pampita no tendría que haber estado en la calle y que iba a hablar con sus abogados.
Cuando vimos la situación nos dirigimos a la comisaría para ver que teníamos que hacer ante esta situación. Nos explicaron que no hay ninguna ley que ampare al animal en estos casos. En la ley actual no se contempla al animal como un ser sintiente ante un choque o accidente, sino de la misma manera que se toma a un mueble. ¡Si, así como leen! Decidimos asesorarnos con una abogada y nos respondió lo mismo. No pudimos hacer nada, de un momento a otro L.G. dejo de responder nuestros mensajes y nos envió a hablar con su seguro, quienes solo nos pedían papeles y papeles, pero tampoco se hicieron cargo.
Tuvimos que pagar TODOS los gastos veterinarios nosotras, L.G. no cumplió con lo prometido. Nosotras siempre pagamos los gastos veterinarios y de tránsitos con las ventas de mermeladas, calcomanías y donaciones de nuestros seguidores, etc.
Meses antes del choque hicimos una venta de buzos y camperas para seguir recaudando fondos con la intención de poder invertir en productos para estar preparadas para eventos a los que seamos invitadas y poder venderlos en nuestro stand, para dejar de depender de donaciones ante casos como este.
La plata no es lo que nos importa, como siempre remarcamos: el dinero recibido es pura y exclusivamente para los casos que nos necesiten. Lo que nos duele y nos enoja es que nuevamente somos usadas, y cargamos con responsabilidades que no nos corresponden. Todo lo que hacemos es desinteresadamente POR Y PARA LOS ANIMALES. Pero estos mismos vecinos que en momentos como este recurren a nosotras para que “le saquemos el problema de encima”, son los que van por ahí criticando nuestro trabajo y cuestionando nuestro accionar.
Hoy Pampita se encuentra súper feliz y recuperada. No gracias a L.G. (que no se hizo cargo de sus actos), sino gracias al amor de una voluntaria y su familia y la predisposición de los veterinarios que nunca dejaron de atenderla, aun cuando se debía mucho y nosotras teníamos que ver la forma de conseguir el dinero.
Pampita sigue en tránsito esperando a una familia para siempre, pero no queríamos dejar de contar lo sucedido para que ustedes puedan conocer la otra cara de la historia, y quizás haya alguien que al leer esta publicación le surja remordimiento y cambie su forma de proceder.
PAMPITA EN ADOPCION RESPONSABLE, AMOR NO TE VA A FALTAR