04/12/2014
LOS PERROS DULCES DE PÉREZ-REVERTE
Por Jorge Fernández Díaz
Compartimos un extracto de esta sensible nota, no se la pierdan!
"...
Abre el fuego de este volumen un artículo premiado sobre su propio perro: Sherlock. "Acaba de cumplir dos años y es un tipo duro, de Segovia -dice-. Un buen ejemplar teckel de pelo fuerte, pardo leonado, con cejas y bigote casi rubios." Sherlock es hijo de un alemán y una española. "Una familia, en resumen, de cazadores con larga estirpe, lo que significa muchas generaciones acosando bichos en el campo", razona el padre de Alatriste. Eligió a ese perro entre cinco hermanos porque era el más sereno. "Al cabo de un tiempo apareció una vena sentimental -recuerda-. Lo pasaba mal solo. Lloraba. Así que le buscamos compañera. Y llegó Rumba, toda una señorita. Una teckel de pelo rizado, pizpireta, lista y destrozona como la madre que lo parió. Tímida al principio, no tardó en hacerse la reina del asunto. Sherlock, flemático, la deja hacer. Por no discutir, ni le gruñe. Ella se lo trajina bien. Le lame el pescuezo cuando está tenso, lo relaja. Lo putea, a ratos. Creo que son felices juntos."
Asevera Pérez-Reverte, sin embargo, que su teckel no nació para la vida doméstica: fue programado para cazar zorros y jabalíes, y por lo tanto tiene añoranzas de cosas que no ha vivido, pero que heredó de sus antepasados
Asevera Pérez-Reverte, sin embargo, que su teckel no nació para la vida doméstica: fue programado para cazar zorros y jabalíes, y por lo tanto tiene añoranzas de cosas que no ha vivido, pero que heredó de sus antepasados. A veces, mientras duerme a su lado, lo ve agitarse, mover las patas y gruñir sordamente, y Arturo adivina lo que sueña. En otras ocasiones, se aparta de todos y se arroja en un rincón. "Se queda quieto, hosco y solitario, mirando el vacío como Bogart en Casablanca -añade-. Entonces sé, o creo saber, que rumia nostalgias de cazador, olor a tierra húmeda, hierba verde y rastro fresco de animales. Quizá piense en sus hermanos, que se quedaron en el campo y ahora tendrán el hocico lleno de marcas y los colmillos desportillados de pelear. Quizá, desde el confort de la vida doméstica, Sherlock envidia sus vidas lejanas, colmadas de recuerdos apasionantes."
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Nota completa:
http://www.lanacion.com.ar/1747487-los-perros-dulces-de-perez-reverte