El Weimaraner, perro polivalente
En el marco de la Séptima Cruzada, en el siglo XIII, el rey Luis IX de Francia, (canonizado más tarde como San Luis y de quien Voltaire dijo que "No es posible que ningún hombre haya llevado más lejos la virtud"), estuvo cautivo en Egipto. Durante su cautiverio, el soberano francés ocupó su tiempo en el cruce de distintas razas, buscando dar ardor y velocidad a su
s perros de caza. Regresó a Francia llevando algunos perros grises, a los que se les dio el nombre de Perro Gris de San Luis (Chien Gris de Saint Louis). Algunas teorías dicen que se trataba de grifones tártaros de color gris lobuno, aunque se desconoce cuál era su verdadero aspecto. Durante el siglo XIV muchos nobles aficionados a la caza se obsequiaban entre sí estos perros, que aparecen representados en dibujos y literatura medievales. El “Libro de la Caza”, escrito por el Gastón III de Foix-Bearne, conde de Foix (1331-1391), muestra uno de los primeros retratos. Estos ejemplares eran muy similares al weimaraner actual y se extendieron por todas las cortes de Europa. Un cuadro del pintor flamenco Antonio Van Dyck, del siglo XVII, muestra perros grises parecidos al Weimaraner. Los “chiens courrants” (perros corredores) eran los ejemplares más apreciados por los cazadores y vivían separados del resto de las jaurías de caza, generalmente en las casas de sus propietarios. Quizá, por alguna cierta memoria ancestral, venga de allí el gran apego de los weimaraners para con sus dueños. La raza debe su nombre al gran duque Carl August (1757-1828), protector de las artes y gran amigo de Goethe. El Gran Duque tenía su corte en Weimar, un principado de Alemania. Introdujo y desarrolló la raza en Alemania y fijó las características genotípicas y fenotípicas que hoy conocemos. El primer documento que menciona a uno de ellos como tal data de 1850. Luego de años de vicisitudes para la Raza en Europa, en 1938 el norteamericano Howard Knight logró importar desde Alemania a los Estados Unidos algunos ejemplares, que fueron la base de la cría norteamericana. Durante la década de los ‘50, el weimaraner fue considerado un perro de buen gusto y de inteligencia casi humana. Algunos ejemplares acompañaron a famosos personajes de la época, como Eisenhower y Grace Kelly. Es importante mencionar la labor desarrollada en Estados Unidos por Virginia Alexander, una de las más respetadas criadoras de la raza, hoy fallecida. Su libro “Weimaraners Ways” es considerado como “La Biblia del Weimaraner” y cuenta con varias ediciones. El Club Alemán del Braco de Weimar, creado en 1897, es uno de los más exigentes que existen, y las pruebas de trabajo que se les imponen a los ejemplares son elaboradas y complejas. EL VGP (Examen Final del Perro Versátil de Caza) dura varios días y consta de más de 30 fases para obtener la máxima puntuación. Entre varias razas de perros de caza, fue un weimaraner el que obtuvo una de las máximas puntuaciones en esta prueba: Legend’s Mani Von Der Reiteralm, propiedad del señor Oliver Zugel. “Mani”, criado en los Estados Unidos por Virginia Alexander, fue hijo de Magnum Gunnar Silvershot, quien en, 1998, se convirtió en el primer weimaraner Campeón versátil NAVHDA (Asociación de Perros de caza versátiles de América del Norte). A partir de su desempeño en estas pruebas, el weimaraner ha confirmado que estas capacidades son naturales en la raza. La variedad de pelo corto es la más conocida, pero también existe la variedad de pelo largo. La variedad de pelo duro es inexistente en la actualidad. El cruce entre ejemplares de diferentes variedades (también llamadas “mantos”) está estrictamente prohibido. El gris es el único color del weimaraner, ya sea gris plata, gris corzo o gris acero y todos los grises intermedios. El cinólogo alemán Strebel sostiene la hipótesis de que la cría en estrecha consanguinidad con los bracos alemanes provocó un defecto de pigmentación en los cachorros nacidos en los caniles de Weimar. El azul aún no está reconocido por los organismos oficiales y pocos ejemplares lo presentan. Si bien fue creado y seleccionado inicialmente para la caza mayor y menor, actualmente se lo considera un perro polifacético, polivalente o plurivalente. En muchos países hay excelentes ejemplares que son campeones de Belleza y también grandes cazadores. Algunos especialistas sostienen que, en exposiciones de Belleza, el Braco de Weimar no podría, fisiológicamente, extender fácilmente las patas traseras como lo hacen otras razas de caza afines, como los perros de muestra británicos, Según estas teorías, un weimaraner bien constituido intentaría siempre librarse de la postura impuesta.
¿Qué significa ser “polivalente”? Guarda, compañía, caza, deporte, salvamento y rescate. Si bien es ante todo un perro de caza, pasión que conserva aún cuando viva en la ciudad, se adapta perfectamente a la vida en espacios reducidos, aunque, en este caso, necesita hacer ejercicio regularmente. Tiene un carácter equilibrado y es dócil cuando hay armonía entre una alimentación adecuada, su necesidad de quemar energías y la presencia de su dueño, por el que presenta un apego especial. Pese a su apariencia delicada, elegante y de porte orgulloso, es una raza fuerte, fiel, valiente, apasionada, rápida, resistente e incansable en el trabajo. Los aficionados a la caza con weimaraners afirman que, cuando perros de otras razas, a mitad de una jornada de cacería, están agotados al lado de sus dueños, el weimaraner conserva su energía. Es un gran nadador: su pelo corto y grueso lo protege del frío y de la humedad. Ávido de aprender ya desde cachorro, es receptivo a todo lo que se le enseñe y se abocará con entusiasmo a toda tarea que su dueño le indique. Su dulzura, alegría y docilidad seducirán a todos, sean habitantes o visitantes de la casa. Tiene una excelente relación con los niños, él es un eterno cachorro. Pero como tal, necesita de límites precisos y firmes, los que deben ser impuestos con amabilidad, ya que no gusta de los gritos ni de castigos. La presencia humana y el buen trato son fundamentales para él: un weimaraner que se sienta maltratado o abandonado puede llegar a ser muy destructivo. En este sentido, cada dueño tendrá el perro que haya educado. Me han contado muchas historias de weimaraners que han acompañado con celo, amor y devoción, a sus dueños, en momentos de aflicción o enfermedad. Muchos aseguran haber sanado gracias a la compañía y el afecto de estos increíbles perros. Cuando una joven pareja llega a casa, llena de entusiasmo, a adoptar un cachorro, sé que, inevitablemente, en poco tiempo llegará el bebé. Algo mágico hay en ellos, como cuentan las leyendas. Definitivamente, hay una vida antes de un Plateado… y otra después. Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Todos los derechos reservados. © Vicky Vanyar Weimaraners. Buenos Aires, Argentina