20/07/2021
¡YO NO TENGO PERRHIJOS, TENGO PERROS!
Siguiendo en esta línea de pensamiento acerca de como nos relacionamos con los animales de "compañía", toca analizar otro fenómeno que se viene acentuando en los últimos tiempos.
En otra cara de la visión utilitarista del mascotismo, se nos presenta la "HUMANIZACIÖN" de los animales.
El termino correcto de este fenómeno es la ANTROPOMORFIZACIÓN, e implica:
"Atribución de características o cualidades humanas a objetos o animales no humanos".
De esta forma cada vez más a menudo vemos como algunas personas interactúan con los animales atribuyéndoles características humanas y los visten con ropas cual muñecos (lo que puede ser una objetualización o humanización), los llevan en carriolas cual bebés, celebran sus cumpleaños con familiares y amigos perrunos, etc.
Antes de seguir quiero aclarar que no veo nada de malo en sentir afecto y empatía por nuestros animales de compañía. Es más, para aquellos que trabajamos con anímales a diario es imposible no preocuparnos por el bienestar emocional de los animales con los que interactuamos (o al menos espero que sea así en la mayoría de los profesionales). Pero muy distinto es "DISFRAZAR" con un tutú a un perro para tu deleite, a abrigarlo porque tiene frio por su tipo de pelaje, su edad o su estado sanitario.
En mi propia experiencia, esta "humanización" que ejercen algunas personas sobre sus animales es producto de varias razones, pero fundamentalmente dos. En primer lugar (producto de la sociedad capitalista occidental en la que vivimos), el reemplazo de vínculos afectivos humanos como parejas o hijos. En segundo lugar como producto lógico del desconocimiento de la conducta de los animales, sus motivaciones y necesidades especie específicas, que lleva al común de la gente a interpretar la conducta de los animales con parámetros humanos (por ejemplo: el perro rompió el sofá "en venganza" de...).
Nuevamente esto genera grandes conflictos en la relación humano-animal, aquí el problema supera la relación "costo/beneficio" de tener al animal, y se centra en la angustia del propietario por las conductas del animal que no cuadran con las expectativas en relación al afecto, cariño o cuidados que este le presta.
En muchos casos los "PROBLEMAS" de comportamiento por los cuales somos consultados los adiestradores son a causa de esta relación humanizada. Por ejemplo: la sobreprotección que algunos dueños ejercen sobre los cachorros y los perros pequeños que impide la correcta sociabilización de los mismos, los "perros niñeras" que terminan causando accidentes, problemas de agresión, reactividad, fobias, etc. y así podríamos seguir todo el día.
EN RESUMEN, LA INCORRECTA FORMA DE VINCULARNOS CON LOS ANIMALES NOS LLEVAN AL MALTRATO ANIMAL Y EN ESTE CASO AL SUFRIMENTO DE LAS PERSONAS.