01/03/2024
El efecto del castigo y, sobre todo, las reacciones defensivas que frecuentemente se observan cuando se utiliza, no sólo depende de la intensidad del castigo aplicado. Mucha gente nos comenta, sorprendida, que su perro les atacó cuando sólo le estaban amonestando o amenazando con un periódico, sin haberle tocado un pelo.
Buena parte del poder del castigo reside en lo que promete, tanto como en lo que cumple, ya que conlleva siempre una promesa de escalada, es decir, de que la actitud hostil del castigador se intensificará en el futuro, si no consigue su propósito.
Puede que nunca se avance en esa escalada, pero el sujeto castigado no tiene manera de saber eso y es probable que la anticipación de esa amenaza implícita contribuya a su necesidad de defenderse.