22/12/2023
HISTORIA DEL REFUGIO RESCATA GATITOS
Queridos amigos/as
Mis primeros rescatados tienen casi 14 años, mi Santiago Agustín se fue al cielo este año y fue el patriarca hasta que le tocó partir, lo recuerdo llegando a casa post terremoto como si hubiese sido ayer, venía en una cajita con su colita quebrada y una evidente desnutrición.
Le siguió Phillippe mi primer desafío como rescatista, una camada grande junto a su madre Samara, rescatados de Franklin, llegamos tarde, muchos no lograron sobrevivir, el daño ocular fue irreversible. Phillippe siempre fue tímido y quedó con una secuela de lagrimeo constante, jamás pudo ser adoptado por este motivo.
Inicio así esta historia porque los gatos de mi Refugio no se quedaron por ser los más bellos o por mero capricho personal, los que no tienen enfermedades crónicas, son tímidos, ferales o nadie los quiso por no ser pequeños cuando estuvieron en adopción.
La labor de asistencia y rescate era desgastante por aquellos años, no sólo porque implicaba una disposición diaria, una entrega completa como persona, aunque no lo crean, muchas veces me perdí actividades familiares, compromisos y amistades se alejaron por mi nuevo ritmo de vida, para que decir vacaciones, pues los gatos me requieren todos los días, pero para aquellos tiempos y ante todo lo que mis ojos veían el abandono y la indiferencia era tal que siempre en mi hogar había un espacio para uno más aunque tuviésemos que hacer esfuerzos extremos para no dejar a nadie abandonado en el camino, era imposible pasar de largo si se sentía que se podía.
Hubo años buenos, donde mi salud me acompañó, un año inclusive se logró dar más cerca de 1000 gatos en adopción responsable pues por aquella época los gatos en tránsito llegaban a ser en promedio 60-80, más los ya residentes que venían superando los 20 en esos momentos. Se realizaban operativos de esterilización seguidos que solían superar los 30 gatos. Se hacía asistencia diaria a gatos en situación de calle. El tiempo, el cuerpo y los recursos permitían cumplir grandes desafíos en post de los pequeños.
Pero las crisis no tardaron en llegar en todo sentido, los gatos adultos comenzaban a enfermar y con ello su salud a deteriorarse debido que siempre estaban más propensos por sus patologías, muchos de ellos comenzaban a quedar portadores de enfermedades y sumado a los rescatados que ya venían incubando uno u otro virus se producían largos períodos de recuperación y para cuando ya estaban listos para irse a un nuevo hogar nadie los adoptaba porque eran muy grandes, en el camino descubríamos que quedaban con secuelas y necesitaban cuidados especiales por lo que debían quedarse, algunos conocían a los humanos cuando ya habían estado bastante tiempo en el abandono y no toleraban el contacto físico y un sinfín de circunstancias que terminaron por cerrar las puertas a recibir albergados de manera temporal como se hacía. Conjuntamente me enfermé y tuve que abandonar todas las otras actividades pues mi salud me impedía el mismo ritmo de vida, ya no me podía dividir entre tantos lugares, asistir en terreno, cuidar a los gatos del Refugio, operativos de esterilización y mi trabajo al cual tuve que sumarle uno adicional pues post pandemia mis condiciones laborales cambiaron, y realmente comencé a verme de manos atadas.
A medida que las actividades disminuían la ayuda menos llegaba, pues ya el Refugio había perdido su utilidad, los aportes se iban, pero los gatos no se fueron y no se irán, ellos se quedaron y estarán conmigo hasta que abandonen este plano terrenal.
Yo no puedo decirle a los gatos mañana no hay de comer, no puedo abrirles la puerta y abandonarlos a su suerte, jamás podría devolverlos al lugar de donde salieron. Los gatos son míos sí porque están en mi hogar, pero muchos de ellos también son vuestros, a ti persona que quizás nos conocimos hace años y me pediste que te ayudara con un hogar temporal o me llamaste pidiendo ayuda, a ti que te ayude a controlar una colonia, te ayude en asistencia, siempre la ayuda fue desinteresada de mi parte y no se te pidió absolutamente nada, hoy mi Refugio te necesita a ti y que nos recuerdes, así como también a nuevos colaboradores pues la situación es insostenible económicamente hablando y las posibilidades de reubicarlos en las condiciones que les comento son casi imposibles. Mi compromiso para ellos existe siempre, mi casa es su casa, mi entrega diaria en cuanto a sus cuidados, limpieza, tratamientos y todo cuanto vayan requiriendo pero lamentablemente necesito ayuda urgente para poderlos seguir manteniendo, pues mi trabajo y mi salud ya no me acompañan.
Todo esto motiva esta campaña de navidad 2023 que se extenderá hasta el 31 de Diciembre, la idea también es poder lograr compromisos para mis pequeños durante el 2024 si es que alguien se quisiera comprometer con ellos para contar con una ayuda permanente en lo que se pudiera.
Les agradezco el tiempo para leer y la difusión.
Con cariño,
Sandra Triviño
