(Gandhi)
La importancia de educar a la mascota desde el día en que pisa el hogar es enorme, pero muchas veces, sin querer, se deja que se tome atribuciones e incluso muchas veces se le permite ataques y desastres. A un perro doméstico desequilibrado es imposible sacarlo a pasear, ya que no solo correrá, atacará e intimidará a otros perros y/o personas. También puede morder a los niños que se le a
cerquen a jugar. La vida social puede acabarse para la familia, ya que nadie se atreverá a acercarse a su domicilio, así que se vivirá aislados con miedo, arrepentimiento y podrían generarse lesiones físicas y psicológicas en el entorno familiar. Se tratará problemas como: agresión dirigida hacia otros perros y/o personas; incluye morder por miedo, gruñir por la comida, lanzarse a personas desconocidas, dominancia agresiva. Una energía hiperactiva; esto incluye abalanzarse sobre las personas al conocerlas o cuando entran a la casa; dar vueltas sobre sí mismo, temblores, actividades destructivas como masticar objetos o hacer agujeros, jadeos sobreexcitados. Ansiedad por separación, ladrar, gimotear, rascar con las uñas; tanto si el dueño está como si se ha marchado; ir y venir por la casa compulsivamente, o destrozar objetos cuando se queda solo. Obsesiones, fijaciones; incluye una adicción o una preocupación inusual con cualquier cosa, desde un gato a una pelota de tenis, expresada mediante el lenguaje corporal tenso, ignorancia de las órdenes del dueño o de las recompensas en forma de comida, incluso antes del dolor físico. Fobias; un temor o incidente traumático que el perro no ha sido capaz de superar, cualquier cosa, ya sea un suelo brillante, los truenos o un camión de basura. Baja autoestima, timidez; energía débil, terror irracional ante cualquier cosa. Bloqueo total y un agrado extremo de temor.