09/07/2022
Datos curiosos para cuidar nuestras
Sarna sarcóptica
Etiopatogenia
La sarna sarcóptica es una dermatosis parasitaria contagiosa producida por el ácaro Sarcoptes scabiei var. canis. Este ácaro tiene un tamaño de 200 a 400 micras, y presenta un marcado dimorfismo sexual: las hembras son de tamaño sensiblemente mayor que los machos. En los dos pares de patas anteriores tiene largos pedúnculos no articulados con ventosas terminales, mientras que los dos pares de patas posteriores no se extienden fuera de los márgenes del cuerpo. La duración de su ciclo biológico es de 12 a 15 días, durante los cuales se alimenta de detritus cutáneos en la superficie córnea de la epidermis. Las hembras grávidas excavan galerías en el estrato córneo superficial, donde depositan los huevos. Tras eclosionar, las larvas se dirigirán de nuevo a la superficie epidérmica
para realizar la muda. La vida media de Sarcoptes en el medio ambiente es muy reducida, y depende de las condiciones climáticas, pero habitualmente es de 2 o 3 días. Por tanto la transmisión suele ser directa, a partir del contacto estrecho con animales enfermos, aunque es posible también la transmisión indirecta o por fómites, en ambientes donde la densidad del parásito sea muy elevada.
La sarna sarcóptica es capaz de producir reacciones de hipersensibilidad de tipo I, III y IV en el hospedador. Este mecanismo de hipersensibilidad parece ser la causa fundamental del prurito, lo que explicaría que a menudo un número muy reducido de ácaros pueda ser responsable de un cuadro con un prurito extremo .
Desde el punto de vista zoonótico la sarna sarcóptica es una enfermedad transmisible, si bien los ácaros no pueden reproducirse sobre la piel humana, debido a su incapacidad para excavar galerías sobre ésta. De este modo, las personas afectadas presentarán cuadros papulares pruriginosos en el tronco y/o extremidades, que a menudo cursan de modo pasajero, y es un proceso presumiblemente subdiagnosticado con frecuencia.
Cuadro clínico
El síntoma predominante en sarna sarcóptica canina es un prurito muy intenso. El animal afectado se muerde, se lame y se rasca de modo insistente y, en muchos casos, no puede efectuar tareas cotidianas como alimentarse, pasear o dormir, sin tener que realizar frecuentes interrupciones para rascarse. Las lesiones se localizan regularmente en zonas de poca densidad capilar o zonas glabras, como los bordes de los pabellones auriculares, los codos, los tarsos, las ingles y la región esternal.
Las lesiones primarias son de tipo papular y van acompañadas de eritema difuso y costras superficiales y adherentes. No obstante, debido al autotraumatismo severo, a menudo las lesiones secundarias son predominantes, en forma de alopecia, erosiones, excoriaciones, liquenificación e hiperpigmentación, estas últimas en los casos más crónicos, que a menudo se ven complicados con pioderma superficial y/o sobrecrecimiento por Malassezia pachydermatis.
Diagnóstico diferencial
Se deben incluir en el diagnóstico diferencial todos los procesos cutáneos que cursen prurito, como síntoma principal:
• Dermatitis atópica canina (DAC).
• Reacción adversa a alimentos (RAA).
• Dermatitis alérgica a la picadura de pulgas (DAPP).
• Pioderma superficial.
• Dermatitis por Malassezia.
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico se cimenta en cuatro pilares fundamentales.
Anamnesis y reflejo otopodal:
En la anamnesis debemos recopilar todos los datos posibles sobre el hábitat del animal afectado y la posible presencia de lesiones en los propietarios.
En los perros afectados de sarna sarcóptica se observa reflejo otopodal positivo: en el 80% de los casos el perro intenta rascarse con la pata trasera cuando se frota el pabellón auricular ipsilateral. Esta prueba es solo indicativa y nunca debe servir para confirmar el diagnóstico, ya que a menudo otras entidades pruríticas como dermatitis atópica, pueden presentar también reflejo otopodal positivo.
Raspados cutáneos múltiples
Se deben realizar un mínimo de cinco raspados cutáneos superficiales y extensos, en las zonas donde es más probable localizar al parásito:
• Márgenes auriculares y zona del pliegue del bolsillo de Henry.
• Codos y tarsos.
• Lesiones papulares recientes no traumatizadas.
Aun en el caso de que la selección del lugar de raspado sea la idónea, hasta en el 50-75% de los casos el resultado puede ser negativo en animales parasitados por Sarcoptes. Por tanto, la visualización del parásito adulto, formas inmaduras, huevos o deyecciones en el raspado es un hallazgo diagnóstico suficiente para la confirmación del diagnóstico presuntivo de sarna sarcóptica, pero el hecho de que el resultado del raspado sea negativo, no descarta la enfermedad en ningún caso.
Diagnóstico mediante ensayo terapéutico
A menudo, si la sospecha clínica lo demanda, es necesario realizar un ensayo terapéutico con un acaricida de eficacia contrastada para descartar con absoluta certeza la posibilidad de que el paciente padezca sarna sarcóptica.
Autor: César L. Yotti Álvarez, Centro dermatológico Skinpet, Madrid
www.skinpet.com