17/08/2019
LA DISTOCIA - HUEVO ATASCADO EN AVES
La distocia en aves es la imposibilidad de una hembra para expulsar el huevo, este proceso ocurre de manera anormal. También se usa la expresión de "huevo atascado" para referirse a esta anomalía, que dicho sea de paso, este término está mal utilizado , ya que el huevo no queda atascado ni descolorado, cosa que apreciaremos llevando a cabo un examen físico.
Normalmente los huevos descienden por el oviducto con el extremo más puntiagudo hacia abajo y justo al final del recorrido giran, saliendo por la cloaca la parte más gruesa o redondeada primero. Hay veces que el huevo no está en la posición correcta, otras veces son demasiado grandes e incluso hay veces que han tenido una calcificación irregular y tienen formas anormales; en esos casos, se producen atascos en la cloaca y al no poder salir, retroceden volviendo a subir algunos centímetros por el oviducto.
La gallina en estos casos sufre bastante porque a pesar de los intentos por expulsar el huevo, los esfuerzos son infructuosos. Los músculos que intervienen en la acción de expulsar el huevo sufren bastante e incluso en algunos casos quedan dañados.
Suele comenzar, en muchos casos, con una prolongada retención del huevo en el interior del oviducto. Distocia hace referencia al mismo proceso, pero en una fase más avanzada, donde se alcanza una obstrucción de la porción más distal del conducto o incluso de la cloaca. Si el proceso se extiende demasiado en el tiempo o aparecen complicaciones, puede sobrevenir un fallo multiorgánico e incluso la muerte de la hembra.
¿QUÉ CAUSA LA DISTOCIA?
Usualmente presenta un amplio abanico de causas:
- Déficit muscular funcional del oviducto: El oviducto se vuelve incapaz de contraerse. Si esto sucede durante la formación del huevo, éste queda retenido, inmovilizado, y cesa su formación y descenso hacia la cloaca, independientemente de que el huevo esté ya calcificado, o no.
- Daño mecánico del propio oviducto.
- Infecciones en el oviducto.
- Agotamiento funcional del oviducto tras un periodo de cría prolongado.
- Enfermedades sistémicas.
- Déficit nutricional o agotamiento metabólico del organismo: Todo el material que conforma el huevo, ha sido aportado por el organismo de la hembra. Si se agotan las reservas de una de estas sustancias, su concentración en la sangre estará bajo mínimos, con las derivadas consecuencias fisiológicas. Las más comunes, hipoglucemia, por agotar sus reservas de 2 glucosa, o hipocalcemia, por agotar la concentración de calcio (Ca) en sus huesos y posteriormente en sangre. La glucosa y el calcio están estrechamente ligados al funcionamiento muscular y un déficit de cualquiera de ellos nos lleva de vuelta a la primera causa mencionada.
Igualmente, la deficiencia de calcio influye en la incorrecta formación de la cáscara. Los valores de concentración de calcio en sangre deberían estar notablemente elevados en periodo reproductor, hasta 30 mg/ml. Por debajo de estos valores, podríamos encontrarnos con una cáscara blanda o un huevo con forma irregular, los dos casos pueden complicar su paso por el oviducto, provocando la retención.
- Excesos nutricionales: Al contrario que en el caso anterior, podríamos toparnos con otro tipo de malformaciones, como huevos de gran tamaño. Y un exceso de calcio en sangre puede concluir en un huevo de superficie rugosa. Ambos casos pueden provocar la distocia.
- Obesidad: Un gran cúmulo adiposo en el abdomen puede reducir el volumen real de la cavidad peritoneal y dificultar, o incluso retener, el tránsito del huevo por el oviducto. Ojo con las hembras sobrealimentadas y poco ejercitadas.
- Falta de luz solar: Las hembras de cría que no reciben luz solar son más propensas a la distocia. Gracias a la luz solar, el organismo es capaz de sintetizar la vitamina D3, imprescindible para la fijación del calcio en los huesos. Parte del calcio usado por las hembras para la cáscara lo obtienen descalcificando sus propias reservas existentes en los huesos largos (húmero, fémur y tibia), una deficiente calcificación ósea, implicará un déficit de calcio de cara a la calcificación del huevo, volveremos al apartado de déficit nutricional.
- Falta de ejercicio. Cuando, por cualquier causa, sea imposible que las gallinas tengan espacio suficiente para caminar, escarbar, empercharse y mantener activas; sus músculos pueden comenzar a atrofiarse.
- Predisposición genética.
- Hipotermia o Hipertermia. Ambos, factores de estrés.
- Edad avanzada.
- Enfermedades sistemáticas o locales.
- Deshidratación: Un organismo deshidratado sufre inexorablemente una parada metabólica de diferentes sistemas, siendo el reproductor uno de los primeros en verse afectado. Se detiene, además, la producción de mucus lubricante. Con lo que el huevo puede llegar a adherirse a las paredes del oviducto, complicándose más la situación.
SÍNTOMAS
Sobre todo apatía, dolor, postura encogida y distensión abdominal son los síntomas principales que tienen las aves que padecen esta patología. Si tenemos experiencia como criadores, podemos “reconocer” a la gallina en modo de postura: No quiere salir del nido, hace esfuerzos para poner el huevo (puja), la vemos con el pico abierto como si se le dificultara la respiración, puede hacer ruidos como ronroneo o gruñidos. La zona de la cloaca se ve roja y muy inflamada.
DIAGNOSTICO
Hay veces que podemos palpar el huevo dentro del abdomen, pero otras veces, debido a que el huevo tiene una cáscara muy blanda, esta situación pasa desapercibida. Es por esto que la realización de una radiografía es fundamental para llevar a cabo un buen diagnóstico.
PREVENCIÓN DE LA DISTOCIA AVIAR
La prevención de la Distocia es muy sencilla si se observan una serie de recomendaciones:
- Alimentación equilibrada y adaptada a cada ciclo biológico.
- Evitar el hacinamiento. Las gallinas requieren suficiente espacio libre donde ejercitarse y tomar el sol; evitando así la atrofia muscular.
- Evitar la obesidad, especialmente en las ponedoras.
- Asegurar siempre una correcta hidratación de las ponedoras.
- Prestar atención a si alguno de los huevos sale blando o con malformaciones.
La intervención veterinaria oportuna puede salvar la vida del ave
¿CÓMO PUEDO AYUDAR A MI GALLINA?
Realmente los criadores no podemos hacer demasiado en estos casos:
- Administrar Calcio y glucosa en el agua de bebida.
- Situar al ave en un ambiente tranquilo, y con poca luz, a una temperatura de entre 30 a 32º C y elevar la humedad, por ejemplo disponiendo tarros de agua cerca.
- Aplicar una solución lubricante en la cloaca, como vaselina aséptica o un gel de base acuosa y glicerina (como el de las ecografías), donde el agua evita las adherencias al oviducto y la glicerina lubrica el conducto.
- Intentar movilizar huevo y oviducto realizando ligeros masajes abdominales en dirección caudal pero, como hemos visto, sin forzar la salida del huevo.
- Colocar a la gallina en un recipiente con agua “tibia”, acostándola allí y que el agua le cubra sólo hasta la mitad del cuerpo. La gallina, si es muy nerviosa y no puede relajarse, no le servirá este procedimiento, ya que la idea es elevar la temperatura corporal y fomentar la relajación muscular; para facilitar la puesta del huevo.
LO QUE NO DEBE HACERSE EN ESTOS CASOS
Aunque en muchas páginas y en vídeos de criadores se ven procedimientos caseros de “extracción de huevos atascados”; nosotros en esta página NO PODEMOS RECOMENDAR DICHOS PROCEDIMIENTOS. Sería muy irresponsable de nuestra parte compartirlos, sobre todo por el alto riesgo de mortalidad que pueden implicar. Si llegado el caso, tenemos que afrontar una distocia o retención de huevo, en primer lugar, debemos EVITAR SIEMPRE:
• Forzar la expulsión manual del huevo, ya que si este se ha adherido al oviducto, podríamos causarle un desgarro e incluso provocar la eversión de parte de oviducto al exterior. Con esta técnica, también estamos forzando los sacos aéreos abdominales e impidiendo la respiración de la hembra.
• Aplicar aceites en el abdomen de la hembra. En todo caso, apliquémoslos en la cloaca.
3 • Aplicar baños de v***r. Pueden causar quemaduras e hipertermia, agravando aún más el cuadro.
• Si el examinador es personal veterinario, nunca administrar fármacos oxitocínicos. Este tratamiento es válido en el caso de mamíferos, pero en aves se ha descubierto que, aunque contrae el oviducto, no relaja el esfínter vaginal. El huevo es forzado contra un canal sin salida, pudiendo provocar así una rotura y/o eversión del oviducto.
La forma de actuar de un veterinario especializado sería:
• Evaluar el ave, en especial su hidratación. Realizar una radiografía aporta una idea de la situación real, determinando el grado de calcificación del huevo y el número de huevos implicados.
• Evaluar el grado de alteración de los valores hematológicos del ave. Seguramente esté sufriendo hipovolemia (disminución de la cantidad normal de sangre), hipotensión arterial, hipocalcemia, hipoglucemia, acidosis metabólica, etc.
• Intentar reactivar el estado fisiológico y el metabolismo, aportando fluidos por vía subcutánea para que pasen inmediatamente al torrente sanguíneo:
- Agua y lactato sódico entre otros iones fisiológicos. Para rehidratar y rectificar la acidosis.
- Dextrosa, azúcar de rápida metabolización, aporta energía al instante. - Aminoácidos, vitales para el metabolismo. - Vitaminas del grupo B, intervienen en la mayoría de dichos procesos.
- Calcio inyectable en forma de gluconato cálcico y lactato cálcico, de absorción rápida, corregirá la hipocalcemia.
- Antibiótico de amplio espectro, para prevenir una posible infección secundaria, especialmente Salpingitis (infección del oviducto). Se consigue así salvar la vida del ave en un 90% de los casos y, a su vez, la expulsión del huevo al reactivar el metabolismo de la hembra.
Si no se consigue la expulsión espontánea tras 24 horas, será necesario aplicar Prostaglandina E por vía intracloacal. (En 1996, se descubrió que esta hormona sí contrae el oviducto y relaja el esfínter vaginal de las aves, forzando una correcta ovoposición).
Si, tras esto, sigue sin resolverse la distocia, habrá que proceder a la extracción por medios quirúrgicos, o a la rotura del huevo por vía intracloacal.
Es común que la hembra logre sobrevivir sin expulsar el huevo, cuando la distocia ha sobrevenido en las fases iniciales de desarrollo. En estos casos, parte del material se reabsorbe y el huevo se deshidrata dentro del oviducto. Pero el conducto suele quedar inutilizado y la hembra no volverá a ser fértil, siendo probable una infección secundaria como Salpingitis o peritonitis. Los protocolos mencionados son habituales en clínicas especializadas en medicina aviar, normalmente centros de recuperación de aves silvestres o parques zoológicos. Y obviamente requieren conocimiento de la medicina veterinaria.