26/10/2024
Degeneración discal en caninos.
La degeneración de los discos intervertebrales se produce con la edad y se considera un proceso normal de envejecimiento. En 1952 Hansen describió dos tipos de degeneración discal intervertebral clasificados como Hansen tipo I o degeneración condroide (metaplasia condroide) y Hansen tipo II o degeneración fibroide (metaplasia fibroide), que pueden resultar en hernia discal y compresión medular.
La metaplasia o degeneración condroide afecta principalmente a los discos de razas condrodistróficas (Teckel, Basset Hound, Pekinés, Bulldog Francés, Caniche, Shi Tzu, Lhasa Apso, Cocker Spaniel, Jack Rusell Terrier) cuando el animal es joven (2-9 meses de edad). Este tipo de degeneración conduce principalmente a la calcificación del núcleo pulposo y la consiguiente pérdida de las propiedades hidroelásticas del disco. La calcificación de los discos intervertebrales puede ser obvia en Teckels entre 6 y 18 meses de edad. El anillo fibroso también está debilitado en algunos perros, lo que predispone a herniación discal. Es importante mencionar que la degeneración condroide también puede ocurrir en perros de razas no condrodistróficas. La degeneración condroide se caracteriza por la pérdida de glicosaminoglicanos, incremento en el contenido de colágeno y disminución de su contenido en agua. La transformación progresiva del núcleo pulposo gelatinoso hacia cartílago hialino puede empezar a partir de los dos meses en Teckels, e incluye el reemplazo de las células mesenquimales del núcleo pulposo por células del tipo condrocitos.
La metaplasia condroide se produce en todos los discos intervertebrales de la columna vertebral. La calcificación discal se ha descrito en todos los discos, pero son los situados en la región torácica, especialmente entre T10 y T13, los que desde el punto de vista radiológico más habitualmente se calcifican.
La degeneracion fibrinoide es un proceso de envejecimiento que ocurre en perros de edad avanzada, descrito principalmente en razas no condrodistróficas. Se caracteriza por un aumento del colágeno fibroso del núcleo pulposo con la consiguiente degeneración del anillo fibroso; y puede producirse en cualquier zona de la columna vertebral. Este tipo de degeneración conduce a un mayor desplazamiento dorsal (“bulging”) del núcleo pulposo, debilitamiento del anillo fibroso y protrusión dorsal del disco intervertebral.
A diferencia de lo que ocurre en la metaplasia condroide, la degeneración fibrosa afecta sólo a un número reducido de discos intervertebrales y el proceso de mineralización es infrecuente.
🟠Extrusión y protrusión discal
La extrusión discal comprende la rotura completa del anillo fibroso (habitualmente su porción dorsal) y suele estar asociada con la degeneración condroide (Hansen tipo I). Este tipo de degeneración puede conducir a un debilitamiento del anillo fibroso y movimientos normales de la columna vertebral pueden desencadenar la extrusión discal aguda. El material extruido puede provocar una compresión de leve a severa y en ocasiones contusionar la médula espinal.
En 1970 Griffiths describió por primera vez un tipo de extrusión discal intervertebral, asociada a discos no degenerados, que puede ocurrir durante situaciones de ejercicio extremo o traumáticas, originando contusión de la médula espinal con escasa o inexistente compresión medular.
El término más reciente para esta condición particular es extrusión aguda no compresiva del núcleo pulposo. Recientemente, Beltrán y col. han descrito la existencia de otra entidad clínica denominada extrusión aguda compresiva del núcleo pulposo hidratado (no degenerado) en la región cervical.
El término extrusión aguda no compresiva del núcleo pulposo está descrito erróneamente en la literatura con diferentes nombres, tales como Hansen tipo III o extrusión discal aguda (“high velocity-low-volume”). Este tipo de extrusión se caracteriza por afectar a discos intervertebrales sanos (no degenerados) sujetos a una fuerza puntual excesiva. El disco intervertebral normal, durante ejercicio o trauma, es sometido a una sobrecarga tal, que provoca que el núcleo pulposo sea proyectado rápidamente hacia la médula espinal a través de un desgarro en el anillo fibroso.
El núcleo pulposo extruído contusiona la médula espinal y se disipa dentro del espacio epidural sin originar compresión medular. El término extrusión aguda no compresiva del núcleo pulposo se emplea para describir la patología y ayuda a diferenciarlo de la extrusión discal más frecuente, que se produce tras la degeneración del disco intervertebral (metaplasia condroide o Hansen tipo I) y que, generalmente, resulta en contusión y compresión de la médula espinal.
La protrusión discal afecta principalmente a razas no condrodistróficas y está asociada con la degeneración fibrinoide (Hansen tipo II). Este tipo de degeneración puede conducir a la protrusión discal y ambos, el anillo fibroso y el núcleo pulposo, pueden originar la compresión de la médula espinal. Es importante recordar que en este tipo de herniación discal, el núcleo pulposo está contenido en un anillo fibroso intacto, pero degenerado.
Estudios recientes han demostrado que un alto porcentaje (62%-92%) de perros de razas no condrodistróficas, con un peso superior a 20 kilos, pueden sufrir extrusiones discales, a pesar de lo propuesto anteriormente por Hansen, que relacionaba las razas no condroditróficas con protrusiones discales.
🟠Clasificación de las hernias discales según Hansen:
🔹Tipo I:
Son las que corresponden a razas condrodistróficas como el caniche, téckel, pequinés, cocker etc, en animales jóvenes de 2 a 6 años. Se produce una degeneración condroide del núcleo pulposo con una posible calcificación de éste (metaplasia condroide). El núcleo se convierte en material cartilaginoso, se endurece y hace que las fibras dorsales del disco se rompan y que el material salga al canal intervertebral (extrusión hacia el canal medular) dando una compresión aguda y focal. Las razones pueden ser movimientos bruscos en la columna tales como: saltos, caídas, golpes o subidas y bajadas del sofá. La compresión es aguda aunque el problema puede ser debido a una causa aguda o una evolución de micro traumatismos.
🔹Tipo II:
Corresponden a razas grandes no condrodistróficas como el bóxer, labrador, pastor alemán, rottweiler etc, en animales adultos de 5 a 12 años. La evolución es lenta al largo de su vida y los problemas se manifiestan más tarde. Se genera una protrusión gradual del contenido del anillo fibroso discal que se ha ido degenerando a lo largo del tiempo (metaplasia fibrosa). El material está intacto; se produce una compresión focal, lenta y progresiva (mielopatía).
Es posible que, razas no-condrodistróficas desarrollen degeneraciones discales del tipo I a cualquier edad del animal.
🔹Tipo III:
Son extrusiones agudas, severas y que cursan con mielomalacia progresiva generando en muchos casos el fallecimiento del animal.
Via: Ortocanis.
Autor: D. Sánchez-Masian, E. Beltrán, J. Mascort, A. Luján-Feliu-Pascual.