25/10/2021
PELIGROS PARA NUESTRAS MASCOTAS, EN NUESTRA PROPIA CASA
1. Ingesta de objetos. Sobre todo en fase de exploración, el perro puede ingerir infinidad de objetos extraños:
Calcetines. Las medias y calcetines son los más ingeridos. Su ingesta provoca obstrucciones intestinales.
Revistas y periódicos. Especialmente las revistas, ya que las grapas que sujetan las hojas pueden dañar el estómago.
Envoltorios de comida. El plástico de un caramelo, un bombón... puede ser ingerido y quedarse atascado en el tracto intestinal.
Madera. Aunque parezca inofensiva, sus astillas pueden provocar úlceras graves en la boca del perro y laceraciones.
2. Ingesta productos de limpieza. Nuestros amigos están en contacto permanente con gran cantidad de sustancias peligrosas. Son productos que no parecen peligrosos pero que tienen una gran toxicidad. Los más comunes y, por lo tanto, los más peligrosos son:
Detergente: las intoxicaciones suelen ser de carácter benigno, aunque la ingesta en grandes cantidades, pueden dañar gravemente a nuestra mascota.
Desinfectantes: la lejía y el amoniaco son los más comunes. Pueden producir quemaduras profundas en los tejidos internos.
Bolas de naftalina: su gran parecido con un juguete (una pelota pequeña o una piedra), hace que el perro quiera jugar con ella y llegar a ingerirla sin querer. Vómitos y debilidad son los primeros síntomas.
En cualquiera de estos casos, es de vital importancia trasladar al animal al veterinario para que lo ponga en tratamiento de forma inmediata.
3. Morder cables. Por desgracia, es uno de los comportamientos más habituales, sobre todo en cachorros. El hecho de que nos muerdan nuestras cosas, ya es molesto, pero esta situación, además, genera una situación de peligro por el peligro de electrocución. A los perros les encanta masticar para liberarse de la ansiedad por la separación de sus amos, o por algún tema de dentición. Ofréceles una alternativa segura y divertida: compra algunos juguetes de buena calidad, resistente y seguro. Además, asegúrate de tener los cables recogidos, para que no caigan en la tentación.
4. Caídas. Los perros no tienen el mismo sentido de la altura y la profundidad que las personas, por lo que pueden caer o saltar accidentalmente por ventanas o balcones en incluso escaleras. Blinda estos espacios con vallas, verjas o algún tipo de obstáculo que les impida curiosear cerca.
Actualmente, se suelen usar las vallas infantiles para bloquear el paso de un piso a otro o de una estancia a otra en el interior del hogar. Pero si lo que quieres es cerrar un balcón o ventana, existen verjas flexibles de diferentes acabados para darle mas seguridad a tus ventanas y balcones pero sin perder el sentido de la estética.
5. Quemaduras. Sin la vigilancia adecuada, tu perro puede llegar a sufrir quemaduras de diferentes tipos:
Escaldaduras: quemaduras con líquidos calientes como agua o aceite hirviendo.
Corrosiones: derivadas del roce de productos químicos corrosivos. El roce con lejía o salfumán (agua fuerte) después de limpiar, puede llegar a provocarles quemaduras gravísimas.
Quemaduras por contacto con material caliente: como puede ser una estufa o cocina de leña. Usa protectores para evitar que se acerquen a estos elementos.
6. Las plantas. La mayoría de plantas tienen su punto tóxico. A pesar de su apariencia inofensiva, existen muchas plantas que nuestro perro debe evitar, o al menos deben estar fuera de su alcance:
Lilas. Les producen dolores estomacales, temblores y graves estados depresivos.
Azalea. Su ingesta provoca vómitos, diarrea, pérdida de apetito y debilidad extrema con resultados no deseados.
Aloe. Es muy saludable para la personas, pero tóxico para tu mascota, provocándole, si lo ingiere, cambios de color en la o***a, diarreas, espasmos y depresión.
Ricino. Sus semillas les producen sensación de fuertes ardores en lengua y garganta, provocándole sed excesiva, vómitos y diarreas.
7. La piscina. Nuestra mascota puede encontrarse con dos peligros:
Ahogamiento. Evita esta situación con una buena cubierta, rígida o lona, para evitar que tu mascota caiga en la tentación de chapotear. Si no sabe nadar o no sabe cómo salir, nos podemos llevar un buen susto.
El cloro. Si no se usa correctamente, el cloro puede ser muy peligroso. Su ingesta en grandes cantidades ( aunque esté diluido), puede ser venenosa, tanto en perros como en personas. La exposición continua del can al cloro, puede irritarle la piel y ojos y falta de brillo en su pelaje, porque este químico saca los nutrientes de su delicada piel.
Esperamos que este post te ayude a cuidar mejor la seguridad de tus animales.