15/12/2024
A veces, un perro llega a tu vida en el momento justo y se desliza por las grietas sin que te des cuenta. No se anuncian a sí mismos como salvadores o milagros, simplemente están ahí, tejiendo lentamente su camino en tu rutina, tus pensamientos, tus sentimientos y tu corazón. No lo ves entonces, pero te están sacando silenciosamente de lugares de los que pensabas que nunca escaparías. No es hasta años después, cuando miras hacia atrás, cuando te golpea la claridad. Recuerdas las noches en las que el mundo se sentía demasiado pesado y ellos se sentaban a tu lado, firmes e inquebrantables, manteniéndote anclado. Ves cómo llenaban tus días con el tipo de alegría simple y sin filtros que habías olvidado que existía hace mucho tiempo. No lo arreglaron todo, pero te dieron una razón para seguir adelante, y a veces, eso es suficiente. A veces, eso es todo lo que necesitas. Y tal vez esa sea la belleza de esto. No tratan de salvarte; simplemente lo hacen. A su manera, se convierten en lo que no sabías que necesitabas. Y mucho después de que se han ido, te das cuenta de que no fue solo suerte que llegaran cuando lo hicieron, sino amor, puro y profundo, que entró en tu vida cuando más lo necesitabas. Llegan a tu vida a cambiarla, como si estuvieran destinados a reparar y sanar todo.
Thank you to R.M. Drake 🐕 from the book Dog People