07/01/2024
Periquito Inglés: Preparación para la Cría
El periquito está diseñado evolutivamente para ser precoz en su reproducción, esto es debido a que su cría no está determinada estacionalmente como ocurre con otro tipo de aves, sino supeditado a unas condiciones favorables, donde se da mucha importancia a la disponibilidad de un nido, la presencia de abundante semilla y agua, a la influencia de las «horas luz», las temperaturas benignas y la situación general del aviario, que provocan el inicio de las variadas ceremonias y ritos cuyo principal objetivo es atraer, estimular y excitar sexualmente al individuo del otro s**o con quien formará pareja, lo que permite alcanzar armónicamente una conducta precopulativa.
Respecto a los puntos de luz que disponemos en nuestro aviario, debemos tener en cuenta que las aves son mucho más sensibles que el hombre a la luz, y que intensidades que nosotros vemos bajas, para las aves la percepción es mucho mayor. En este sentido debemos encaminar nuestros esfuerzos a conseguir buena calidad de luz, especialmente en lo que a espectro se refiere, y no centrarnos tanto en potencia lumínica. Con una luz con espectro total, similar a la radiación solar, aportando rayos ultravioleta, provoca en nuestras aves unos importantes beneficios tanto a nivel orgánico como metabólico.
Es conveniente aclarar que poseer la capacidad reproductiva no es lo mismo que estar en condición reproductiva. Estas aves a los 5 meses no están formadas totalmente pero ya poseen capacidad reproductiva. ¿Cuál es la edad adecuada para comenzar a criar? Creo que la respuesta tiene que considerar en primer lugar si el ave está en condición reproductiva y en segundo lugar que su desarrollo físico y emocional es el adecuado. Con una buena alimentación, buena condición (fuerte y desarrollada) y después de haber superado completamente la segunda muda (7 meses), a partir de los 8 meses ya podemos plantearnos la reproducción. Hay que tener en cuenta que la época de cría requiere más esfuerzo a la hembra que al macho, si las hembras con cinco o seis meses inician una puesta, automáticamente se detiene su desarrollo físico, quedando con una talla muy deficiente. Por consiguiente lo más aconsejable (principalmente en las hembras) es esperar de un año a año y medio para que las aves desarrollen todo su potencial físico antes de exigirles toda su dedicación a la cría de la prole.
Son varios los factores a tener en cuenta antes de realizar los emparejamientos, como el tiempo que disponemos asociado al número de parejas para el control de cada una de ellas; otro factor es el espacio ya que la masificación solo traerá problemas y por último hay que ser consecuente con la dedicación estimada que nuestro aviario va a precisar para permanecer en unas condiciones higiénicas excelentes.
Una característica que nos va a ayudar es que estos animales originarios de Australia, quizás por su necesidad de sobrevivir en un ambiente extremadamente selectivo, mantienen la espasmódica necesidad de tener a su lado un compañero en perfecta forma, lo cual nos facilitará la formación de parejas. En el caso de no acertar a la primera, la paciencia y el intercambio de machos suele ser la solución hasta dar con una pareja que se compenetre.
Hay criadores que buscan solo campeones para la cría, sin embargo, sobre esta cuestión es que para que un campeón pueda ser al mismo tiempo también un buen reproductor es necesario que el ejemplar provenga de una cepa genéticamente estabilizada y seleccionada durante años aplicando correctamente la consanguinidad estrecha, media y amplia (inbreeding y linebreeding). Si al contrario, el ejemplar tiene un origen exogámico (outbreeding) puede ser un campeón, pero un modesto o pésimo reproductor, porque en su patrimonio hereditario existirá un conglomerado de genes de todos los tipos, positivos y negativos, que originen hijos llenos de defectos visibles o latentes, sin homogeneidad entre ellos. En consecuencia, cada nuevo ejemplar que adquiramos debe ser probado, evaluando a sus hijos, nietos, ... durante al menos dos temporadas de cría; pero nunca lo acoplaremos recién comprado a nuestra línea de cría, ya que corremos el riesgo de introducir graves defectos que nos obligarían a años de una drástica selección para eliminarlos. Con un nuevo ejemplar recién adquirido siempre debemos formar una línea de cría separada de la cepa de nuestro aviario. No se puede desarrollar una buena cría si no se aplica correctamente la consanguinidad. Todos los criaderos del mundo, que han alcanzado un alto valor genético, lo han logrado aplicando la consanguinidad. La consanguinidad no es causa directa de las taras hereditarias que pueden aparecer, y más bien podemos entenderla como un "filtro del patrimonio hereditario", que hace aparecer en los hijos los genes que están presentes en los progenitores (en diferentes combinaciones) tanto a los caracteres positivos, como a los negativos. El criador descarta los ejemplares con caracteres negativos y acopla entre ellos sólo los reproductores con caracteres positivos, y así año tras año el patrimonio hereditario "se depura" de los caracteres negativos. Poco a poco, con una cuidadosa selección, se obtiene una "cepa genética de alto valor", que origina sólo reproductores de gran calidad.
Pero la elección de los reproductores es más fácil de decir que de hacer. Los cruces en esta raza dependen del tamaño de la cabeza y de la calidad y dirección de la pluma, observando luego la talla y el porte del ave. El porte de un ejemplar óptimo debe expresar fuerza; pájaros con alas cruzadas o que caen sobre los flancos se descartarán como reproductores, porque esos defectos, además de ser antiestéticos y penalizables, son de naturaleza hereditaria. Una de las principales referencias que debemos de tener a la hora de seleccionar a los reproductores, aparte de equilibrar la pareja donde se complementen las características en las que uno destaca con las del otro que necesita mejorar, es que las hembras sean hijas de madres buenas criadoras. Es en el equilibrio del diseño de los reproductores donde el criador debe darle la suficiente importancia, para posteriormente ver el resultado obtenido en los hijos. La finalidad de todo criador debe de ser mejorar progresivamente el tipo de cepa que tiene en su aviario, y en el transcurso de los años obtener una cepa más típica y siempre con menos defectos, dotando de un carácter personal a su línea de cría.
La preparación para la cría marcará considerablemente el devenir de esta, tratando de fortalecer y encelar a nuestros pájaros para una de las citas más importantes en la afición de un criador. No podemos acordarnos de nuestros pájaros para la reproducción una semana antes de la cría, error muy grave; durante todo el año, los reproductores deben de tener una alimentación rica. Vitaminas y aminoácidos se encargarán de llevar a cabo esta labor a través de ciclos semanales, haciendo un descanso de una semana y repitiendo la misma operación una vez más; como mantenimiento se realizará un solo ciclo una vez al mes durante el periodo de descanso. Por otra parte, un exceso de vitamina A puede influir negativamente en el éxito reproductivo de los pájaros, por lo que los mejores resultados se consiguen eliminando el aporte vitamínico "A" y suministrando altas dosis de vitamina "E". Respecto a la vitamina "E", hay que tener en consideración que el macho soporta mucho mejor una dosis alta de esta que la hembra, pues suele ocurrir que un exceso de vitamina "E" en la hembra implique un exceso de celo en ella provocando comportamientos anómalos y no deseados durante la cría. El uso de antibióticos no se hace aconsejable en la preparación para la cría, solo en casos de enfermedad de los ejemplares ya que es inútil su administración en pájaros sanos donde se dañaría su flora intestinal y los debilitaríamos innecesariamente.
El Periquito Inglés comienza la puesta de huevos cuando tiene un nido disponible que facilita la predisposición y el encelamiento de la pareja; si retiramos el nido no se producirá ninguna puesta. Podrían criar en cualquier mes del año pero es aconsejable evitar las altas temperaturas del verano para facilitar la comodidad de la incubación de la hembra y disminuir la posibilidad de la aparición de parásitos cuando las heces de los pichones se encuentren en el nido. El frío no es un inconveniente para la reproducción de estas aves por su fortaleza física.
Para facilitar la pisa y fecundación del mayor número de huevos posibles, se le deben recortar las plumas que cubran la cloaca, tanto a machos como a hembras con la máxima cautela posible.