17/07/2024
COLESTASIS EN PERROS
La colestasis es el flujo de bilis deteriorado del hígado hacia el duodeno, que provoca la acumulación en la sangre de componentes normalmente secretados en la bilis (por ejemplo, ácidos biliares, bilirrubina conjugada, colesterol).
La colestasis puede ocurrir debido a la cantidad de enfermedades subyacentes, incluidas las enfermedades del hígado, la vesícula biliar o el páncreas.
La colestasis se caracteriza microscópicamente por la presencia de bilis en el parénquima hepático, esto es reconocido como tapones biliares en los canalículos, bilis fagocitada en células de Kupffer u otros macrófagos y, en ocasiones, como gránulos de bilis en el citoplasma de los hepatocitos.
Los schnauzers miniatura y los perros pastores de Shetland están predispuestos a la pancreatitis (inflamación del páncreas) y, por esto, tienen un mayor riesgo de desarrollar colestasis.
Comúnmente se ve en perros de mediana edad y mayores, pero por lo demás, esto se puede encontrar en perros machos y hembras.
🔷Colestasis Intrahepática
La colestasis intrahepática se asocia con un amplio espectro de enfermedades hepáticas. En general, las lesiones microscópicas además de la colestasis están relacionadas con la enfermedad hepática primaria, pero la colestasis puede ser la única anomalía histológica.
En los casos agudos, los tapones biliares en las células de canaliculi y Kupffer pueden ser evidentes, pero este cambio no es específico para la colestasis intrahepática.
Con el tiempo, los tapones de bilis son menos evidentes en los canalículos, pero la bilis puede estar presente un poco más en las células de Kupffer.
Los signos clínicos variarán dependiendo de la enfermedad subyacente que sea responsable de esta condición.
Signos clínicos comunes:
♦️Cansancio progresivo
♦️Ictericia
♦️Polifagia
♦️Trastornos de la coagulación
♦️Pérdida de peso
♦️Heces de color pálido
♦️Orina con una coloración naranja
Tipos de colestasis:
🔷Colestasis extrahepática
La colestasis extrahepática puede estar asociada con la compresión extraluminal de los conductos biliares quísticos o comúnmente por tumores o procesos inflamatorios locales.
La obstrucción intraluminal puede surgir de una variedad de agentes que incluyen colelitos, neoplasia intraluminal, parásitos o tapones de moco de los mucoceles de la vesícula biliar.
Independientemente del mecanismo, el resultado es la estasis de la bilis y la dilatación de los conductos biliares proximales a la obstrucción.
Las lesiones microscópicas características de colestasis extrahepática aguda en el perro, son edema del tracto portal e infiltración de neutrófilos alrededor de los conductos biliares interlobulares.
En los casos agudos, los tapones biliares centrilobulares están presentes y en los casos graves, los tapones canaliculares pueden extenderse a la región periportal del lóbulo.
A medida que la colestasis se vuelve más crónica, las vías del portal se expanden como resultado de la fibrosis, la proliferación del conducto biliar, la fibrosis concéntrica periductal y un aumento en los macrófagos, linfocitos, células plasmáticas y neutrófilos cargados de pigmento (lipofuscina y bilis).
Con el aumento de la cronicidad, los tapones biliares se vuelven menos evidentes y se puede desarrollar una fibrosis de puente portal a portal con hiperplasia biliar y una eventual fibrosis biliar en casos de obstrucción persistente.
🔷Diagnóstico:
Las pruebas de laboratorio incluirán análisis de sangre completos, un panel de bioquímica y análisis de o***a.
Estas pruebas revelarán anomalías relacionadas con la enfermedad subyacente, si la hay, así como anomalías que se deben a la obstrucción del conducto biliar.
Algunos pacientes muestran anemia y anomalías relacionadas con la obstrucción. Los niveles de productos de desecho que se encuentran en la sangre serán indicativos, como los niveles altos de bilirrubina en la sangre.
Por lo general, los análisis de o***a también mostrarán altas concentraciones de bilirrubina en la o***a y las muestras de heces serán de color pálido.
Los valores de las enzimas hepáticas pueden estar elevados debido al daño hepático, y los trastornos hemorrágicos también son comunes con la enfermedad hepática.
La radiografía abdominal y las imágenes por ultrasonido se pueden usar para examinar el interior del hígado, el páncreas y la vesícula biliar. En algunos casos, donde las pruebas de laboratorio y otras técnicas no son útiles para el diagnóstico, la cirugía exploratoria puede usarse para el diagnóstico.
El tratamiento dependerá de la causa.
Información: MEDERILAB