04/07/2021
En 1957, la URSS tomó un perro callejero para estudiar cuánto tiempo podría sobrevivir en órbita espacial.
Laika, como le pusieron los soviéticos, fue lanzada desde el cohete Sputnik 2, pero desafortunadamente la misión no incluía traerá de vuelta.
Pocas horas después de salir de la atmósfera, la nave empezó a sobrecalentarse, lo que le causó la muerte a la perrita. Su cuerpo nunca fue recuperado.
Es difícil no sentir tristeza al pensar en cómo pudo haber sido esa experiencia para ella, especialmente sabiendo que no tenía idea de que iba a ser sacrificada.
Personalmente es una historia que me conmueve mucho, y por eso quise hacer este retrato, para de alguna forma celebrar su memoria, e inmortalizar su legado como el primer perrito espacial.