05/11/2024
❞𝐕𝐞𝐬𝐭𝐢𝐫𝐬𝐞 𝐝𝐞 𝐕𝐚𝐥𝐨𝐫: 𝐔𝐧 𝐌𝐚𝐧𝐢𝐟𝐢𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐢𝐛𝐞𝐫𝐭𝐚𝐝 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝❞
Ella estaba allí, frente a miradas que exigían obediencia, que susurraban normas inquebrantables sobre cómo debía cubrirse, cómo debía comportarse.
𝐋𝐞 𝐨𝐫𝐝𝐞𝐧𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐫𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐮 𝐯𝐞𝐥𝐨, que lo ajustara con precisión, que se cubriera como mandaba la tradición. 𝐏𝐞𝐫𝐨, 𝐞𝐧 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐜𝐞𝐝𝐞𝐫, 𝐡𝐢𝐳𝐨 𝐥𝐨 𝐢𝐦𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐛𝐥𝐞.
Con una decisión firme, retiró su velo. Luego la chaqueta, la camisa… capa tras capa, despojándose de lo impuesto.
𝐂𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐚𝐢́𝐚 𝐚𝐥 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐮𝐧 𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐟𝐢́𝐨, 𝐝𝐞 𝐥𝐢𝐛𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧; 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐦𝐨𝐯𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨, 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐬𝐩𝐚 𝐞𝐧𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧 𝐟𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐝𝐞 𝐝𝐢𝐠𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝.
No llevaba más que su piel y su coraje, pero eso era todo lo que necesitaba para ser inquebrantable.
En el corazón de Teherán, en ese campus universitario, su presencia resonaba como una llamada a todos los que la observaban: algunos con rechazo, otros con incredulidad, y unos pocos, tal vez, con esperanza.
Cada mirada sobre su cuerpo era un reflejo de la lucha que todos llevamos dentro: el conflicto entre ser quien nos dicen que debemos ser y el deseo de ser quienes realmente somos.
Los guardias vinieron para silenciarla, para reprimir esa llama. Con uniformes que hablaban de conformidad, la arrastraron, intentando apagar el eco de su valentía.
La llevaron a un hospital psiquiátrico, como si el deseo de ser libre fuera un síntoma que pudiera curarse
Pero no entendieron que no puedes encarcelar una idea, que no puedes vestir de blanco una voluntad tan feroz.
Ella es un manifiesto viviente, una página de historia escrita en piel y cicatrices, y, aunque intenten borrarla, su memoria permanece. Porque despojarse de los símbolos impuestos es, a veces, la única manera de vestirse de infinito.
Nota Final: Daryaei, estudiante de literatura francesa en Irán, nos recuerda que el cuerpo es un lienzo de libertad, un espacio donde podemos escribir nuestras propias historias.