06/03/2024
¿Cuándo entenderemos esta realidad?
Soy un perro del siglo 21.
- Soy un Malinois.
Demasiado cualificado entre los perros, sobresale en todas las disciplinas y siempre estoy listo para trabajar.
Hoy me piden que me relaje en el sofá todo el día todos los días.
-Soy un Akita Inu.
Mis antepasados fueron seleccionados para peleas de perros.
Hoy me piden que sea tolerante y me regañan por mi reactividad cuando uno de ellos se me acerca.
-Soy un Beagle.
Cuando persigo a mi presa, levanto la voz para que los cazadores puedan seguir.
Hoy me pusieron un collar eléctrico para callarme, y queremos que vuelvas al refuerzo con un chasquido de los dedos.
Soy un Yorkshire Terrier.
Era un cazador de ratas aterrador en las minas inglesas.
Hoy piensan que no puedo usar mis piernas y siempre me tienen en sus brazos.
Soy un Labrador Retriever.
Mi visión de la felicidad es una zambullida en un estanque para traer de vuelta el pato que disparó a mi amo.
Hoy olvidamos que soy un perro caminante y una gran carrera, estoy gordo y tengo que cuidar niños.
Soy un Jack Russell.
Puedo enfrentarme a un zorro, un tejón y una rata más grandes que yo en su guarida.
Hoy me regañan por mi personalidad y desearían poder convertirme en un perro de sala de estar.
-Soy un Husky Siberiano.
Experimenté los grandes espacios del norte de Europa, donde podía arrastrar trineos a velocidades impresionantes.
Hoy solo tengo como horizonte las paredes del jardín, y los agujeros que cavo en el suelo solo por ocupación.
Soy un Border Collie
Me hicieron trabajar ocho horas al día, y soy un artista inconfundible de trabajar con la manada.
Hoy están enojados conmigo porque por falta de ovejas trato de revisar bicicletas, coches, niños en la casa y todo en movimiento.
Yo soy...
Soy un perro del siglo 21.
Soy bonito, estoy alerta, soy obediente, me quedo en una bolsa...
Pero también soy un individuo que necesita expresar sus instintos, y no soy adecuado para la vida sedentaria que querrías que llevara.
Pasar ocho horas al día solo en el jardín, verte a ti mismo un poco por la noche cuando llegues a casa y sólo con derecho a un pequeño paseo por el baño me hará profundamente infeliz.
Lo expresaré ladrando todo el día, convirtiendo tu patio en un campo minado, haciendo mis necesidades en el interior, siendo inmanejable las raras veces que me encuentro afuera, y a veces pasando mis días hundido en mi almohada.
Uno pensaría entonces que estoy feliz de poder disfrutar de todo este confort mientras vas a trabajar: en realidad estaré agotado, porque esta enfermedad no es la difícil situación de los humanos, sino también del perro del siglo XXI.
Si te gusto, si siempre has soñado conmigo, si mis hermosos ojos azules o mi mirada atlética me hacen querer, pero no puedes darme la vida de un perro real, una vida que realmente vale la pena vivir, y si no puedes ofrecerme el trabajo que mis genes están pidiendo, Así que renuncia a mí.
Si te gusta mi aspecto pero no estás dispuesto a aceptar mis rasgos de temperamento derivados de una estricta selección genética y crees que puedes cambiarlos con tu única buena voluntad, entonces renuncia a mi.
Soy un perro del siglo XXI, sí, pero muy dentro de mí, el que luchó, el que cazó, el que tiró del trineo, el que dirigió una manada todavía duerme.
Y tarde o temprano, para bien o para mal, se despertará.
Entonces, ¿qué vas a hacer?
¿Vas a ceder ante mí?
¿Me vas a abandonar?
¿O simplemente vas a borrarme?