El Baúl de Fido
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Un refugio para animales de granja (y uno que otro colado)
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Nuestra historia
Todo comenzó una mañana lluviosa de junio cuando, a mi puerta, llegó Joaquina con un costal al hombro. El costal se movía tanto que cayó pesadamente y, ya en el suelo, una cabecita rosada se abrió paso a través del tejido de rafia blanca. Era una cerdita de tres meses de edad que, dada mi inclinación por los animales, mi vecina me traía para ver si se la compraba. Sí, ahí empezó todo...Después llegaron las gallinas, el gallo, el pato y una perrita blanca que va y viene, pues no quiere renunciar a su libertad. Así es que, sumados, en casa ya hay 20 animales que conviven a pesar de las diferencias. Fue así como se gestó la idea de construir un albergue en donde, sin importar si ladran o mugen, los animales puedan tener un lugar. El Baúl de Fido inició ofreciendo una pequeña selección de artículos para mascotas, con la finalidad de financiar la manutención de sus peculiares habitantes. Pasado algún tiempo, me di cuenta de que no soy buena vendedora, y en lugar de solventar los gastos del albergue, las deudas comenzaron a crecer. Para lo que sí soy buena es para convocar esfuerzos colectivos y me ha tocado ser testigo de gestos conmovedores cuando se trata de ayudar a los animales menos favorecidos. El giro que ahora da el Baúl es el siguiente: deja de ser tiendita (salvo por las plaquitas de identificación que están muy lindas y comienzan a venderse bien), deja de recibir donativos monetarios si no hay una causa específica (como la operación de Ferdi, por ejemplo), recibe donativos en especie (alimentos y medicinas) y se convierte en un "sanatorio" en donde los animalitos puedan rehabilitarse (física y/o emocionalmente), para después ser ubicados en un nuevo hogar. Mientras el animalito no encuentre un lugar, se quedará aquí y el Baúl no recibirá otro "paciente" (si no, los dineros no alcanzan). Panchita sí se queda aquí, Polli y las gallinas también (me ayudan a financiar el proyecto, pues les vendo huevos a mis vecinos), los patitos ya se fueron a la Biogranjita (¡y están contentos!), Bolita ya encontró una familia amorosa, Ferdi después de recuperarse de su operación también se va a la granjita de Briones, y por el momento necesito encontrarles casa a Botitas, Santa y Blanca. Cica y Huesitos son las perritas de mis hijos, por lo que se quedan aquí, y Miel es la gatita de mi hija, así es que también se queda.