02/03/2023
Para ti que ahora sabrás y sentirás que es el amor de un Perro
Tener una mascota es una gran responsabilidad que involucra actuar como una madre. Implica darle de comer, bañarlo, cuidarlo, protegerlo y comprarle las mejores prendas.
Vivir con un perro en casa es aceptar que ahora son dos y cada decisión que tomes involucrará a tu mascota. Si te mudas de casa deberás buscarle un lugar adecuado en ese hogar, si sales de viaje podrías llevarlo en tus aventuras. Un cachorro es como un hijo que debes cuidar y amar, no es solo un animal.
Muchas personas no lo entienden, pero criar a un perro es entender que es parte de tu vida y debes cuidarlo cada minuto del día. Algunas personas los consideran como sus hijos y no es sentido de crítica, ello porque decidieron darle lo mejor a una mascota. Decidieron otorgarle una buena condición de vida y amarlo siempre.
"Muchos pueden verlo como solo un perro, pero para mí es distinto. Me levantaba cada mañana para dejarlo salir, para preparar tu desayuno y para limpiar ese pequeña cama donde dormía todas las noches. Entiendo que muchos piensen que solo era un simple perro, para mí era más que eso. Era mi compañero hasta sus últimos ladridos, era mi amigo y fiel espectador de mis locuras.
Era quien me defendía cuando salíamos a pasear por las noches, era quien se daba cuenta cuando me sentía mal. Sé que no era mi hijo, pero lo quise como si lo fuera.
Lo vi cuando era tan pequeño, lo vi caminando por primera vez, escuché su primer ladrido y llanto al dormir. Lo vi crecer y envejecer...todo este tiempo fui quien lo cuidó.
El día que ya no escuché sus ladridos y el sonido de sus patas por la casa, fue uno de los días de tristeza y agonía.
Todo ese tiempo corrí por el, viví por el y tal vez ese amor no se iguale al de una madre con su hijo. Solo sé que yo era su madre y lo cuide como tal. No solo fue un perro, era mi familia, mi cachorro y mi vida.
Sé que no escuché palabra alguna, no escuché un “te quiero”, “gracias”, “te necesito”, pero su mirada me decía todo. Sus ladridos me decían qué necesitaba, qué deseaba. Su ánimo al escuchar la puerta ya me decía que quería salir y su mirada a su plato me decía que quería comer.
Era todo lo que tenia, era su líder de la manada. No era su ama, ni dueña. Para él era parte de su familia, de lo que para un perro es familia.
Me da pena quien no lo entienda porque jamás sabrán lo que es sentir el amor de un ser que no habla, que no madura, que no se expresa como un humano… No podrán tener lo que yo tuve al observar esa mirada con la que mi perro me lo decía todo.
Ahora serás tú la que experimentará este gran sentimiento. Gracias a tí, tendrá una vida plena, sana y que con tan poco es feliz y no te exige nada más. A cambio de lo que para un humano es apenas nada, tú eres su todo.
Felicidades por aceptar la gran responsabilidad de tener una mascota