27/09/2022
En memoria de KIVULI (2007-2022) por Mauricio Taslik
Este es un espacio de homenaje a Kivuli, ese espíritu amigo y fraternal, que me acompañó durante casi 15 años, y que aunque hoy ya no está físicamente junto a nosotros, nos sigue iluminando las noches con el brillo de su espíritu junto a esa otra fuente de luminosidad que tengo el privilegio de disfrutar y a la que bauticé Astro.
Kivuli, retratado aquí en una foto junto a un handy durante el pandémico 2020, fue un gran compañero de ruta, y no pocas veces, maestro e inspirador de actitudes frente a la vida. Aunque era muy inquieto, su temperamento era tremendamente pacífico y calmo y aún mejor fue su carácter. Observarlo cuidadosamente fue para mi toda una escuela de aprendizajes de la vida en muy diversas situaciones.
Si algo quiero destacar de todo esto, es que junto a él empecé a aprender, no sin dificultad, a evitar preocuparme por cosas esencialmente superfluas e irrelevantes. También a mantener la calma en aquellos momentos en lo que lo más fácil es zozobrar. Gracias a él hoy estoy aquí escribiendo estas líneas, agradecido enormemente a la vida por haber tenido el privilegio de poder disfrutar de su gratísima compañía.
Lo llamé Kivuli, término que en swahili significa sombra, porque además de su negrura cuando era un cachorrito me seguía a todos lados. Sin embargo su nombre fue presagio de lo opuesto, porque en realidad terminó siendo un faro brillantísimo en mi vida a quien como ya conté yo terminé siguiendo en más de una oportunidad.
Hoy, a poco más de 2 meses de su partida de este mundo, sigo extrañando su presencia irreemplazable.
Afortunadamente en el mundo hay muchos perros como Kivuli pero él fue mi perro, y él será por siempre uno de esos pedacitos de naturaleza sobre los que aprendí y asumí con plena conciencia la responsabilidad de la domesticación en el profundísimo sentido en el que Antoine de Saint-Exupéry lo expresa cuando a través del zorro de El Principito nos dice "Eres responsable para siempre de lo que has domesticado."