23/12/2023
LOS PERROS INTERPRETAN LA ENERGÍA HUMANA:
Los humanos normalmente nos comunicamos a través del lenguaje, ya sea hablado, escrito o de señas, y se cree que es la única forma de comunicación posible, pero existe además un lenguaje que todos los animales “hablan” y entienden, sin tan siquiera saberlo, incluyendo al ser humano: Este lenguaje universal se llama la “Energía” y es común a todas las especies. A diferencia de nosotros, a los animales no les hace falta preguntar a los demás cómo se sienten, la Energía que proyectamos les da toda la información que necesitan y esto es sencillamente normal en la especie canina: Los perros interpretan la energía humana y la entienden a la perfección. Esta información es vital para nosotros, al momento de pensar en domesticar al mejor amigo del hombre, al igual que si tan sólo queremos acercarnos a un canino desconocido, para mostramos seguros y en tranquilidad.
Se puede decir entonces que existe un sexto sentido canino, a través del cual los perros interpretan la energía humana, mediante una percepción sensorial que puede describirse como superior. Se cree que los perros incluso pueden ver nuestra aura y detectar si tenemos miedo o estamos intranquilos. Siempre se escuchan historias sobre perros que estando perdidos logran regresar a su casa y/o encontrar a su amo. Los perros pueden, inclusive, detectar enfermedades y sentir la energía de una persona enferma o en depresión. Solamente con un hecho aparentemente sencillo: Como ver que los perros presienten la llegada de su amo a casa, aun cuando se encuentre a varias cuadras, podemos constatar el efectivo sentido superior de los perros para revelar, leer y entender la energía humana.
Parte de la explicación para este fenómeno, puede radicar también en el poder superior del olfato canino: Todo tiene un olor para el perro, tanto las cosas y las personas, como las emociones y la energía. El olfato les proporciona una enorme cantidad de información sobre su entorno y sobre los demás individuos que están en el mismo. Los canes son seres que se mueven por el olor, animales instintivamente olfativos porque, a diferencia de los humanos, han sobre-desarrollado este sentido, y este hecho también es base para aceptar la teoría que expone que los perros interpretan la energía humana: Basados en percibir y seguir los olores del mundo que los rodea. Los perros pueden moverse únicamente por el olor, algo que los humanos no pudimos desarrollar en nuestra evolución histórica. Para acercarse a su amo y/o para reconocer a una persona buena o a un “enemigo”, el perro siente el olor y lee la energía de la persona: Logra combinar las dos habilidades de manera muy “sabuesa”; tanto que, con frecuencia, los perros terminan por entendernos mejor a los humanos, de lo que nosotros nos entendemos entre nosotros mismos. Cuando hablamos de que un perro puede oler el miedo, no es sólo una expresión, sino un hecho demostrado. Entonces definitivamente en un perro, la energía y el olfato están profundamente conectados.
Decir que los perros interpretan la energía humana es recordar, además, que la energía es un lenguaje de emociones, no hace falta decirle a un animal cómo nos sentimos, él lo sabe, incluso antes de que nosotros nos demos cuenta. Puedes gritar a tu perro hasta quedarte afónico, para que obedezca una orden, pero si no eres capaz de enviarle la energía apropiada, no obtendrás ningún resultado a favor, tal vez uno en contra. Recuerda que los perros captan un grito como una situación de emocionalidad mal manejada, es decir, como un estado de inseguridad y desequilibrio, lo que lleva al perro a que pierda la confianza en ti, ya que un líder debe ser estable y seguro. Cuando un perro te capta como un Alfa inestable ya no serás su líder, y por tanto no te obedecerá.
En cuanto cambiamos de un estado a otro, por ejemplo al miedo, el perro lo detecta instantáneamente, y sabe que está en ventaja sobre nosotros, pues le estamos transmitiendo una energía débil y esto lo puede aprovechar un perro en nuestra contra, y en todo tipo de situación: Ya sea que busquemos domesticarlo o solamente necesitemos acercarnos a un lugar desconocido, donde hay un perro cuidando celosamente una entrada.
Además, aquí entra en juego nuestro lenguaje corporal: El perro está continuamente observándonos y leyendo también el lenguaje de nuestro cuerpo, el cual comunica sin equivocación nuestras emociones y estados de ánimo. Y el perro puede guiarse por los signos y señales de ese lenguaje corporal que nosotros le enviamos en todo momento. El lenguaje de nuestros cuerpos les entrega aun mayor información a los seres caninos, para interpretar nuestra energía. Igual que los humanos, nosotros también leemos y percibimos el lenguaje corporal humano, sólo que no lo leemos tan fácilmente como lo puede hacer un perro o no somos conscientes. Aunque hay especialistas en estudiar el lenguaje corporal humano, un perro no necesita especializarse, tiene incorporado el don en sí mismo, como parte de su ser “perruno” y esto le permite al perro entender nuestra energía de forma sencilla y automática.
Entonces recordemos que cuando nos acercamos por primera vez a un perro, él utiliza su olfato para darnos el primer “chequeo”. Durante este proceso, hay que permitir que así lo hagan, no hay que tocarlos, hablarles, ni mucho menos huir. Para los perros, la única forma de poder compartir un espacio en armonía, es aprender a distinguir al otro por su olor. Una vez nos hayan “chequeado” se sentirán cómodos reconociendo su espacio y los seres presentes en el mismo. En ese momento también estarán leyendo y entendiendo nuestra energía, nuestro lenguaje corporal y hasta nuestras emociones, por tanto, es un tiempo de gran relevancia si queremos lograr una verdadera relación con el animal. El estatus que, a partir de ese momento, tengamos dentro de su mundo, dependerá de la energía y los mensajes corporales y emocionales que le hayamos transmitido desde el comienzo. Si queremos comunicarle al perro que nosotros estamos en la posición de poder, debemos hacerlo con una energía firme y tranquila. Sin excitación alguna.
Recordando todos estos datos que nos permitirán relacionarnos, de forma propicia, con todo tipo de perros que tengamos la oportunidad y en todas las ocasiones que sea necesario. Considerando al perro, primero como un animal y no como un humano de cuatro patas, será más fácil entender su lenguaje, comunicarnos con él e interpretar claramente lo que en realidad nos quiere expresar.
Fuente: www.basicfarm.com
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