28/10/2021
EL N**O EN LA GARGANTA
Cuando adoptas un galgo, de alguna manera tienes una misión: vencer su miedo.
El miedo a que un galgo se entere enseguida, cuando llegue alguien que tomará parte de la camada y la eliminará.
El miedo a perder el contacto con la madre al cabo de unas semanas.
El miedo a vivir en una jaula oscura comiendo lo esencial.
El miedo de no estar hasta ese día que un hombre te lleve a un campo para hacer lo que mejor sabes, cazar. Pero puede que no sea suficiente.
El miedo a que tu cuerpo te abandone durante uno de esos entrenamientos atado a la cuerda de una máquina.
El miedo a ser pateado porque simplemente no puedes averiguar qué quiere ese hombre de ti.
El miedo a poder cazar mejor que tu pareja. La vida valdrá la pena para ti, la muerte para él.
El miedo a salir de ese tugurio donde siempre has vivido, porque no sabes si volverás a verlo.
El miedo a ser abandonado en un bosque sin comida ni agua. El miedo a que el hambre se apodere de ti.
El miedo a tener miedo.
Este es el único estado mental que conocerá un galgo.
Para algunos, la vida terminará así, con miedo. Pero para alguien más se abrirá una puerta. Donde entrará de puntillas. El miedo todavía lo invadirá. Pero habrá alguien esperándolo. Lo tomará de la mano y lo acompañará, paso a paso hacia la vida. Descubrirá que ver la luz del sol no es desconocido.
No tendrá que correr para vivir, podrá "volar" sin que nadie lo juzgue.
Podrá comer sin mirar por encima del hombro. Puede equivocarse sin ser pateado. Puede jugar por el gusto de hacerlo.
Podrá colocar su cabeza sobre esa persona y saborear el calor. Sienta la tranquilidad. No solo habrá la oscuridad de una jaula, sino que descubrirá el amanecer y el atardecer.
Ese n**o en la garganta que lo ha acompañado a lo largo de su vida se desvanecerá. ¡Habrás salvado un galgo!
Y será una sensación tan grandiosa que querrás repetirlo. Cuando mires esos ojos, tan profundos pero a la vez "limpios", estarás orgulloso de ti mismo.
Ya sea que el camino tomado sea fácil de inmediato o sea más largo y difícil, estarán allí esperándote. Para poder volar contigo.
Después de tanto dolor le debemos una vida tranquila.
Es maravilloso adoptar un galgo
En la foto Spinetta ¡Gracias a Andrea, ya no tiene ese n**o en la garganta!
(Nicola Panarelli)
Un galgo de por vida