04/04/2022
¡Trocarización en timpanismo gaseoso todo lo que debes de saber!
Con animales muy timpanizados o ya caídos, el solo intento de introducir la sonda oral o nasal puede desencadenar el fatal desenlace de muerte. Lo mismo puede suceder si intentamos dar algo por la boca. En estos casos puede ser más conveniente la aplicación de un trocar. Sin embargo, la trocarización siempre se debe emplear como último recurso, pues no está exento de riesgos y aún utilizándolo de manera correcta puede producirse una peritonitis.
El trócar deberá tener unos veinte centímetros de longitud y un diámetro de cinco a diez milímetros. Se introduce siempre en el hueco del ijar izquierdo, cuatro dedos por detrás de la última costilla y otros cuatro dedos por debajo de las apófisis trasversas de las vértebras lumbares.
Para ello se afeita la zona, se desinfecta y se hace una incisión de un centímetro en la piel con una cuchilla. Luego se introduce el trocar en dirección al codillo de la mano del lado derecho con un solo golpe. Una vez introducido lo mantendremos pegado a la piel, sujetándolo firmemente, pues los movimientos del rumen
podrían sacarlo. Al sacar el vástago del trócar, el gas deberá salir libremente, si se obstruye se vuelve a introducir el vástago
y se retira nuevamente, sin sacar el trócar. Una vez que haya salido todo el gas lo retiraremos rápidamente y aplicaremos tratamiento antibiótico. Si el gas no saliera, o sale poco, o sale espuma, la única solución será la apertura y vaciado del rumen.
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