29/05/2022
1: Lobos cazando: Durante la última era de hielo existieron diferentes tipos de cánidos, su comportamiento era similar a la del Lobo Ártico actual, de instinto gregario, cazadores tácticos grupales de presas de un tamaño mucho mayor que el suyo. Debido a su inteligencia y organización eran básicamente los reyes de la estepa.
2: Humano y lobo/perro: El homo sapiens gana terreno a pasos agigantados y buscando los lugares de mejores presas, que coinciden con los de mejores precipitaciones. Comienzan así a compartir el mismo ambiente, provocando el acercamiento, y/o según las teorías; la dieta de los lobos comienza a incluir algunas sobras de cazas de los humanos, carne cocida y algunos ingredientes vegetales.
3: Migraciones: En diversos hallazgos arqueológicos durante las migraciones humanas se han encontrado restos de cánidos, más o menos similares a perros o a lobos. Lo que no puede dudarse es que la relación se viene estrechando hace milenios. Incluso se han encontrado sepulcros de cánidos que parecen haber sido cuidados con sumo afecto por los humanos.
4: Humano sedentario: Durante la revolución neolítica hace unos 10.000-12.000 años, cuando el hombre comenzó dejar la vida nómada de cazador-recolector para adoptar la sedentaria de agricultor. Esto produjo un cambio en sus hábitos, y así también se vió afectada la vida de los cánidos. Que, ya sea por convivencia o por proximidad fueron incorporando también nuevos alimentos, sobre todo los de origen vegetal y sobre todo los almidones en mayor cantidad.
5: Así el cánido salvaje podría por la selección sobre los que más se aproximaban a los humanos, los más dóciles, los que mejor toleraban la incorporación de los nuevos alimentos ir cambiando a medida que pasaba el tiempo paso a paso con los humanos convirtiéndose en el fiel compañero que nos acompaña día a día.
6: Los lobos y los cánidos domésticos si bien poseen características en común, también poseen diferencias;
Hocico: El de los lobos es más alargado, a diferencia de muchas razas caninas que presentan el hocico corto.
Orejas: Algunas razas caninas pueden presentar orejas caídas o colgantes a diferencia de los lobos que siempre las tiene erguidas cuando son adultos.
Cráneo: El del perro es más pequeño y cuadrado, mientras que el del lobo es más largo.
Pelaje: El lobo tiene el pelaje más corto y una variedad de colores más simple.
Dientes: Los lobos tienen los dientes más grandes y puntiagudos. Propios de un carnívoro
Madurez y reproducción: Los lobos no son sexualmente maduros hasta que alcanzan los dos años de vida, mientras que el perro obtiene su capacidad de reproducción más temprano. El perro puede reproducirse dos veces al año, a diferencia de la etapa de reproducción del lobo, que ocurre una vez al año durante los meses de enero a abril.
Estómago: Ambos son carnívoros, pero nuestros canes a la domesticación han producido cambios en su sistema digestivo. El perro puede ingerir mayor cantidad de hidratos de carbono, pudiendo digerir el almidón. En cambio, el organismo de los lobos no tiene la capacidad para absorber este tipo de nutrientes.
Y solo hablando de diferencias externas, queda mucho para hablar sobre las diferencias de comportamiento.
7: Actualidad: exceso de alimento, exceso de carbohidratos, costumbres y hábitos, poca actividad física, vida solitaria del can. En la actualidad muchos canes tienen una vida drásticamente distinta a la de sus antepasados. Viviendo en lugares circunscritos y muchas veces demasiado pequeños, llevando una vida solitaria y fuera de una manada. Sin la necesidad de cazar o buscar su alimento, el cual no se parece en nada a la que tenían sus ancestros. Ahora, ¿hemos visto alguna vez un lobo obeso, o un lobo con ansiedad?. La naturaleza ha mostrado que el camino puede tornarse hacia atrás con situaciones como la de los Dingos, los perros asilvestrados de Australia o los Mustang, los caballos asilvestrados de América del Norte. La pregunta es ¿Qué podemos recuperar de nuestros ancestros o de los ancestros de nuestras mascotas para devolverles su salud y dignidad?
José Ramiro Cortés Ferreyra