16/03/2021
La fase técnica de la Doma Clásica. ¨Resistencia a la fuerza.¨
¿Qué tipo de fuerza debemos entrenar?
Las necesidades de fuerza son muy distintas en función de la disciplina. Así, un caballo de salto necesitará desarrollar mucha fuerza en muy poco tiempo, es decir, fuerza explosiva. Por el contrario, un caballo de raid necesita niveles de fuerza más bajos pero mantenidos durante más tiempo, es lo que se llama resistencia a la fuerza.
Es el valor más alto de fuerza que puede aplicar un caballo. Está directamente relacionada con la potencia. Cuanta más fuerza tiene un caballo, más potencia puede desarrollar.
Para entrenar para fuerza máxima se requieren sesiones con trabajos cortos de muy alta intensidad, y que se correspondan con un elevado grado de reunión, realización de ejercicios técnicos en planos inclinados, etc.
En esta etapa del entrenamiento (en torno a los 5 años) el caballo no puede ni debe asumir cargas intensas, porque su musculatura no está preparada para llevarlas a cabo y modificarían la técnica de los ejercicios. En definitiva, empeorarían el rendimiento del caballo y lo predispondrían a sufrir lesiones.
Hay que tener en cuenta que cuando la fuerza está muy poco desarrollada, cualquier carga la puede mejorar en gran medida. Por lo que en caballos poco entrenados y jóvenes todos los ejercicios realizados entrenan la fuerza sin necesidad de aplicar ejercicios extenuantes que le llevarían a un estado de agotamiento y de lesión.
El entrenamiento específico de este tipo de fuerza se reservará para la fase de musculación avanzada.
Resistencia a la fuerza
Como hemos visto, es la capacidad de mantener una producción de fuerza concreta durante un tiempo determinado. En la competición la fuerza se debe aplicar en unos ejercicios concretos, por lo que se debe entrenar en esos mismos ejercicios.
Este tipo de fuerza es uno de los factores determinantes del rendimiento en la Doma Clásica.
La imagen más clara para entender este tipo de fuerza son los caballos que pierden expresividad o acción durante la competición. Estos caballos van perdiendo fuerza a lo largo de la prueba, es decir, aplican menos fuerza o la aplican a menor velocidad. No han desarrollado suficiente resistencia a la fuerza.
¿Cómo se entrena la resistencia a la fuerza?
El entrenamiento de la resistencia a la fuerza debe hacerse con el propio ejercicio de competición.
De nada sirve que un caballo sea capaz de trotar mucho tiempo con impulsión en línea recta si no puede mantener esa impulsión en los desplazamientos laterales.
Un entrenamiento adecuado debe cumplir los siguientes requisitos:
- La carga (grado de impulsión, reunión, velocidad, penetrabilidad de suelo) no debe ser tan alta que modifique substancialmente la técnica del ejercicio.
Ejemplo: Se deben realizar los ejercicios con el grado de reunión y velocidad a la que el caballo sea capaz de mantener la técnica de movimiento durante un tiempo más o menos prolongado
en función del ejercicio. Si realizamos el ejercicio a una velocidad o grado de reunión elevados para el caballo, se cansará rápidamente y comenzará a moverse de forma incorrecta.
Tendremos un caballo que comienza moviéndose muy bien pero que no es capaz de mantener ese movimiento durante mucho tiempo.
- La intensidad debe ser elevada (máximo número de series que permiten mantener la técnica intacta). Hay que repetir los ejercicios tantas veces como el caballo sea capaz de realizarlo de
forma correcta. En el momento que veamos que la técnica comienza a fallar, se debe dejar ese trabajo.
Como ejemplo, un caballo realiza dos alargamientos del trote (uno a cada mano) y descansa 5 minutos a un trote relajado, equilibrado y elástico, a continuación realiza otros dos
alargamientos y vuelve a descansar, y así sucesivamente hasta que al llegar por ejemplo a la sexta serie el caballo ya pesa más que antes en la mano, se escapa del ejercicio, extiende el dorso, etc.
Antes de llegar a este punto debemos parar.
La máxima intensidad que suele tolerar el caballo es 5 series con dos repeticiones cada una y un descanso de cinco minutos a un trote lento y relajado entre series. No olvidemos que por si misma
la realización de más series, sean cuatro, seis o siete no tendrá ningún efecto beneficioso sobre el entrenamiento de la resistencia a la fuerza.
-El número de repeticiones no debe ser elevado (será pequeña al principio y aumentará progresivamente). Ejemplo: Para mejorar la resistencia a la fuerza realizamos dos veces el alargamiento del trote, dejamos un tiempo de recuperación, volvemos a repetirlo dos veces, dejamos de nuevo un periodo de recuperación, y así sucesivamente.
Si comenzamos realizando muchas veces el alargamiento, agotaremos al caballo demasiado pronto, generaremos movimientos compensatorios y no obtendremos ningún efecto beneficioso sobre la resistencia a la fuerza.
Cuando el entrenamiento comience a tener sus efectos, podremos pedir cuatro alargamientos en lugar de dos y así ir aumentando progresivamente el número de repeticiones manteniendo
el número de series.
-Las pausas entre series deben ser largas para que cada serie tenga una intensidad semejante y la producción de lactato no sea muy alta.
Si realizar los dos alargamientos de la serie nos lleva un minuto (incluyendo preparación del ejercicio, realización y vuelta al trote de recuperación), debemos dejar que el caballo se recupere antes de realizar la siguiente serie.