02/10/2020
🐶Ansiedad por Separación en el perro.
La ansiedad por separación se puede definir como un estado reaccional, caracterizado por una mayor posibilidad de emitir respuestas conductuales y autonómicas similares al miedo, asociadas a la separación, con alteración de autocontroles y por lo tanto pérdida de la capacidad de adaptación. Si bien hay una mayor incidencia en machos que en hembras, así como en huérfanos y o abandonados, no hay predisposición por edad ni raza.
Los mecanismos etiopatogénicos involucrados incluyen:
Separación de la figura de apego cuando el perro queda solo durante algún tiempo porque el dueño tiene que trabajar, viajar, mudarse, se divorció o falleció; reforzamiento por parte del propietario de los rituales de salida con explicaciones, caricias y premios de alimento para tranquilizarlo; reforzamiento de los rituales de llegada con un largo saludo o castigo por los daños encontrados que sólo genera mayor ansiedad, predisposición hereditaria por selección de crías muy apegadas y con mayor neotenia, separación temprana de la madre por destete precoz, abandono o muerte de la madre.
Los perros son animales sociales que por naturaleza prefieren la compañía de su manada a la soledad. Esto es lo que los atrae a nosotros y puede interferir con el estilo de vida de algunos propietarios. Según Pageat cuando los propietarios adoptan el cachorro, pasan a ocupar el lugar de la madre natural y si establecen un vínculo afectivo muy intenso prolongan el vínculo maternal durante el resto de su vida por no producirse el desapego natural, estableciéndose un estado patológico de hiperapeqo. Cuando en el futuro se presenta la separación de ese individuo no desapegado naturalmente, sobreviene la crisis de ansiedad.
En éstas crisis de ansiedad intervienen mecanismos neurofisiológicos y neurobioquímicos que involucran principalmente a la serotonina, noradrenalina y dopamina. La alteración de la serotonina en el rafe medio dorsal del bulbo, es considerado uno de los principales mecanismos responsables de la respuesta de miedo, así como su influencia en el sueño, conducta sexual, actividad motora, percepción del dolor, apetito, agresión, impulsividad y secreción hormonal.
Los cambios en los niveles centrales de noradrenalina en el locus coeruleus del puente dan aumento de la vigilancia y motricidad, e intervienen en el aprendizaje, memoria, ánimo y excitación. Las estructuras dopaminérgicas son las responsables de la anticipación y aumento de la motricidad y conducta exploratoria. Los niveles de glucocorticoides, en perros solos en un ambiente nuevo, aumentan en comparación con los niveles en ambientes familiares. También se ha podido demostrar un incremento de la circulación sanguínea en las zonas temporales durante la anticipación de la ansiedad.
Los signos clínicos en ausencia del propietario incluyen: ladrido excesivo, aullido y o quejidos; destructividad sobre puertas, ventanas, paredes, muebles y objetos personales o muy utilizados por su dueño; micción y o defecación inadecuada en varios sitios dentro de la vivienda.
En algunos pacientes el cuadro es más grave y aparecen signos autonómicos de hipersalivación, vómitos, dispepsia, diarrea, taquicardia, taquipnea, midriasis y temblores o actividades de sustitución como dermatitis por lamido excesivo, bulimia y potomanía o polidipsia psicogénica. (beber agua en exceso).
A medida que el cuadro evoluciona, cuando el propietario está a punto de salir, aparece una mayor actividad, inquietud, saltar o deambular a su alrededor y vocalizaciones en forma de quejidos. Otras veces se observa un estado depresivo con el paciente acostado en un rincón y ajeno a los llamados de su dueño. Durante el regreso del propietario el paciente manifiesta gran excitación y un saludo exagerado que tarda mucho en terminar. Otras veces una postura de apaciguamiento con cola baja y mirada huidiza en respuestas a señales emitidas por su dueño o para anticiparse a un castigo.
Los signos clínicos en presencia del propietario son:
👉Hiperapego al propietario caracterizado por dependencia recíproca (perro velcro) y comportamiento exploratorio en estrella.
👉El diagnóstico se realiza sobre la base de la semiología del comportamiento, examen objetivo general y métodos
complementarios.
👉El pronóstico es bueno pero depende de la severidad del cuadro, momento de presentación, tiempo de evolución, temperamento del paciente y la motivación de los propietarios para llevar adelante el tratamiento.
El tratamiento es farmacológico en combinación con terapia comportamental. Mientras dura el tratamiento (si es posible) evitar que se produzcan períodos de ausencia que desencadenan ansiedad.
👉Aumentar el ejercicio estableciendo una rutina diaria de 2 o 3 paseos.
👉Enriquecer el entorno por medio de 1 o 2 juguetes para masticar.
👉Instaurar el desapego rechazando todo pedido de atención, comida, paseo, juego o contacto físico por parte del perro, sólo el propietario debe iniciar esas actividades o cualquier otra muestra de afecto cuando el perro está calmado.
👉No limpiar los excrementos o destrozos en su presencia ya que puede actuar como reforzador de la conducta.
👉Extinguir las conductas asociadas a la partida, mostrando total indiferencia por el perro durante 20 a 30 minutos antes de salir, y las conductas asociadas al regreso, ignorando el saludo excesivo del perro hasta que se calme.
👉Entrenamiento de obediencia doméstica para controlar al animal por medio de órdenes simples, por ejemplo sentado, durante la salida y el regreso, evitando los signos de excitación y de saludo exagerado.
👉Desensibilización sistemática de la separación realizando las actividades que, más o menos, todos realizamos antes de salir pero no saliendo realmente; cuando ya no se observe respuesta el propietario sale por unos pocos minutos y al regreso si se comportó correctamente lo premia con una caricia; con el correr de los días se aumenta progresivamente el tiempo de ausencia generando una habituación a quedarse solo por períodos cada vez más largos, pero ese aumento no es lineal sino que se realiza en forma alternada.
👉No utilizar el castigo en ninguna de sus formas por los daños cometidos, ya que refuerza la ansiedad.
El tratamiento debe ser integral, combinando la terapia cognitiva-conductual con psicofármacos.
Como prevención se debe asegurar el proceso de desapego aún en los huérfanos y en los destetados tempranamente, acostumbrar gradualmente a los cachorros a quedarse algún tiempo solos desde los primeros días y realizar gradualmente los cambios de horarios de los propietarios.
Autor: RE Mentzel
AVEPA Educación Continua.
Revisión Médica Veterinaria
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