06/08/2021
El 6 de agosto es el día del veterinario argentino y se celebra hoy porque se recuerda el inicio de los estudios veterinarios en nuestro país. En la Argentina hay actualmente más de 25.000 profesionales veterinarios que ejercen esta tarea a diario, en las distintas y maravillosamente diversas facetas de su labor.
Fue el 6 de agosto de 1883, cuando se iniciaron los cursos en el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina en la Provincia de Buenos Aires, el que marcó un antes y un después. Ese día, abrió sus puertas la que fue la primera escuela de estudios superiores de veterinaria de la Argentina.
Perros, gatos, vacas, toros, caballos, caprinos, pollos y animales silvestres, laboratorios, salud pública, alimentos, elaboración de medicamentos, etc. No importa la especie o el área de acción hay un veterinario para cada una de ellas.
Hay médicos veterinarios trabajando en la pureza del agua que bebemos y médicos veterinarios en las secciones de criminalística de muchas policías argentinas, el médico veterinario está presente desde el primer vaso de leche que tomamos hasta el último vaso de agua que clausura la jornada.
Pero ¿de donde bien el vocablo veterinario?
El origen de la palabra Veterinario, tiene como acepción más generalizada en el latín, en la Roma antigua, donde se la usaba para identificar a quienes se ocupaban de las dolencias animales.
La palabra que provendría de la raíz latina Vetus (viejo) y citaría al especialista que se ocupaba por entonces de las “bestias de carga o viejas”, o que se encontraban imposibilitadas de prestar servicio, militar, transporte o carga. Otros autores la dan como naciendo del vocablo veterien: “amigo de las bestias de carga” y si es amigo será quien las atienda.
Mas allá de cualquier consideración la palabra veterinario siempre debería estar acompañada de la palabra médico ya que médico como palabra es originaria de “medea”: el que atiende o trata y si atiende o trata a bestias de carga por carácter transitivo lo hará con otros animales o sus relaciones.