10/12/2020
Leer historias de perritos abandonados, maltratados, atropellados es el pan de cada día, todo el tiempo hay publicaciones de mascotas en adopción. 😞😞 Abrimos redes sociales y vemos casos de cachorritos recién nacidos tirados en bolsas de basura, viejitos abandonados, perritos enfermos, atropellados, golpeados, mutilados, quemados, torturados y cada historia es más triste y dura que otra.
Estas historias me quitan el sueño y me pregunto: ¿será porque amo a los perros o porque soy muy sensible? Quizás sea porque todas mis redes sociales están inundadas de rescatistas, fundaciones, refugios, albergues de mascotas y siempre que ingreso hay algo relacionado. ¿Seré solo yo? ¿Estoy obsesionada con los perros? ¿Me hará falta vida social para pensar en otras cosas?
Luego pienso que el problema no soy yo, sino que, el problema es una sociedad indolente, insensible, apática, con falta de solidaridad y amor. Una sociedad egoísta que se enfoca en sus propios problemas y se olvida del resto, que se cree superior frente a otras especies. Porque si todos cambiáramos el chip e intentáramos ayudar un poquito más, tendríamos la solución. 😞😞
Si cuando viéramos a un perrito en la calle le brindáramos un poco de comidita; si cuando se cruza en la carretera frenáramos; si en vez de sacarlo, patearlo, golpearlo cuando se acerca a nuestro restaurante, le brindáramos tan solo un pancito; si cuando vemos a una perrita en celo, la lleváramos con nosotros, si habláramos o denunciáramos cuando el vecino lo golpea; si cuando lo viéramos perdido, enfermo, herido hiciéramos algo. Si entendiéramos que pequeñas cosas producen un gran cambio y si nos diéramos cuenta que todos podemos ayudar, otra sería la realidad. 💔🐶