05/06/2023
Autor Mayra Cabrera.
¿QUE DEBO SABER SI DESEO ADOPTAR?
Cuando adoptas a un perro, por ejemplo, no adoptas a uno, sino a tres perros: el perro que era antes de conocerte, el perro que en realidad es, y el perro en que se convertirá como resultado de cómo lo trates y convivas con él. Esto significa que un perro que fue rescatado o abandonado, que ha tenido que sobrevivir penurias inimaginables en la calle, tiene una idea sobre cómo son los humanos, positiva, negativa o peor, ambigua.
Las primeras impresiones son buenas, pero no definitivas: el carácter del animal se desenvuelve con el tiempo y podrías llevarte un par de sorpresas, si no estás bien preparado y listo para aceptar lo que venga. Un perro miedoso puede morder, ya que ha aprendido que cuando se siente acorralado, la única defensa es el ataque (o puede temblar y orinar de miedo); unGingerperro tímido quizá ha pasado su corta o larga vida huyendo de la gente que lo maltrata y buscando comida, por lo que nunca ha desarrollado la capacidad de jugar. Un perro alegre y confiado puede ser aquel que gracias a su carisma supo sobrevivir en la calle ganándose la simpatía de la gente, o también puede ocurrir que ese exceso de confianza se deba a que tiene un temperamento fuerte y hasta bravucón. Una perra preñada puede ser tímida y hasta sumisa al inicio, pero volverse una fiera defendiendo a sus cachorros (algo que me pasó con Fiona, mi última adoptada), lo cual es perfectamente natural.
Es así que dependiendo del trato y atención que le des al perro adoptado y que dicho trato, entrenamiento y atención se dirijan en la dirección correcta, puedes transformarlo y convertirlo en un animal sumamente juguetón, en una perra noble y confiada, en un perro con alta autoestima y en suma, en el mejor amigo que pudieras tener.
Con todo, ¿debo adoptar un perro u otro animal?
Si has comprendido que es un compromiso de por vida, algo así como una variante de un hijo (salvo casos extremos o terribles, nadie abandona a un bebé «porque llora mucho» o «voy a mudarme de casa», «no puedo cuidarlo más», etc., algo así con una mascota), que solo dejará tu casa cuando fallezca, adóptalo.
Si ese animal es totalmente bienvenido en tu hogar, y no una «sorpresa» para regalar, por lo que has comprado el alimento que necesita, ya tienes veterinario a dónde llevarlo, ya mandaste a hacer una placa con tus datos, ya compraste los aditamentos que necesita (collar, correa, cama, platos, etc.), estás consciente de que en el periodo de transición puede haber algunos sinsabores («accidentes» fisiológicos en pisos y alfombras, prendas o artículos personales mordisqueados por dejarlos en lugares evidentes… claro, antes no había perro y podías dejarlos donde fuera), adóptalo.
Si has explicado a tus hijos cómo será interactuar con el perro y estarás muy al pendiente de ambas partes, en un ambiente de respeto y reciprocidad, donde ellos tienen obligaciones para con el perro (claro, acordes con su edad), adóptenlo.
Si cuentas con el espacio (nuevamente: las azoteas no son lugar para un perro, tampoco un inmenso y solitario jardín, mucho menos un espacio encerrado), tiempo (sé bien honesto y si trabajas 12 horas diarias y del trabajo a tu casa te haces más de una hora, mejor ten peces o reptiles o nada) y dinero para atenderlo (igual que una persona, se enferma, necesita algún tratamiento, cirugía, emergencia médica, tratamientos rutinarios, vacunaciones y desparasitaciones), adóptalo.
Si ya te informaste sobre el carácter de ese perro (sobre todo de alguna raza en particular), no solamente por foto, sino por diversas fuentes (dueños de mascotas, veterinarios, literatura, etc.), así como de sus necesidades particulares y con todo, estás de acuerdo con hacerte cargo del mismo, adopta.
Unas últimas recomendaciones
Si tristemente, y de verdad no te has mentido a ti mismo, te das cuenta al leer todo esto que no tiene caso que tengas una mascota, no te desanimes: hay otras opciones.
Si cuentas con las condiciones para tener un perro, pero por diversas razones no por mucho tiempo, y deseas ayudar a un animal necesitado, ¿por qué no intentas ser un hogar temporal? Se trata de tener albergado un animal durante un periodo que puede ir de una semana a algunos meses, mientras la persona que lo rescató encuentra el hogar idóneo para él. (Claro, también puedes ayudar a promocionarlo entre tus contactos para que encuentre más rápidamente casa). Eso sí, tú debes costear sus gastos, de preferencia.
Si no cuentas ni con espacio ni tiempo (por tu horario de trabajo) para adoptar, pero te gustan mucho los perros y te gustaría tener contacto, al menos de vez en cuando con uno o varios, ¿por qué no visitas albergues de animales y te ofreces los fines de semana como voluntario, ya sea para aseo, baño o paseo de los canes ahí albergados? Todos resultarán beneficiados.
Si no cuentas con espacio, tiempo, tu familia no te apoya, etc., puedes recurrir a la llamada «adopción virtual», que consiste en apadrinar económicamente a un perro que cuida alguien más. Esta persona cotidianamente te enviará fotos, mensajes y anécdotas de tu «ahijado» y te sentirás bien de poder ayudarlo hasta que sea adoptado.
Si cuentas con recursos (pocos o muchos), pero gran entusiasmo por ayudar, dona de vez en cuaalexndo dinero para apoyar con medicamentos, alimento, enseres varios, cirugías de esterilización, etc., para animales sin hogar.
Si te es imposible adoptar y no cuentas con recursos, tampoco te desanimes: mediante redes sociales promueve la adopción (animales disponibles para adoptar) y esterilización (campañas), así como el buen trato hacia los animales: es enormemente gratificante ver que gracias a tu esfuerzo, muchos animales han encontrado un buen hogar (incluso entre tus contactos), o que has frenado la sobrepoblación y sufrimiento animal. Y eso, no tiene precio.
No lo arruines entonces: sé parte de la solución, no alguien que agranda el problema.