08/12/2024
Se me cruzan muchas imágenes por la cabeza cuando recuerdo a mis perros, a todos los que han pasado por mi casa y por mi vida.
Encontré a Pandora en mitad del camino hacia mi campo. Su madre había parido en una acequia y estaban allí varios cachorritos recién nacidos, con el riesgo de atropello y muerte por inanición.
Mi prima Olga cogió un machito y yo a ella, la preciosa Pandora, que vivió mas de diez años con nosotros.
Se hizo la jefa de la manada, era la que les unía, con su ronco ladrido mandaba sobre Rufo, con quién tuvo a Nemo, y Jasón, que vino más tarde y ella adoptó.
Era independiente pero muy cariñosa. Fiel sin costuras.
Vivió libre y feliz en el campo, junto a nosotros, su familia.
Le gustaba correr y saltar, subía y bajaba las escaleras al huerto mil veces al día. Cuando se puso enferma y le costaba caminar intentamos que no bajara las escaleras pero era valiente y hasta el final hizo su voluntad.
Tuvo una vida feliz.