19/04/2018
💖🐶🐕🐩La vida con los perros es rara. Vas a ser, sin nadie que te enseñe o te explique cómo, el jefe de manada de un perro que estará listo para cualquier cosa por ti tan pronto como sepa reconocer tu olor y tu voz.
La vida con los perros es misteriosa. Serás espiado por un gran hermano peludo que no perderá ningún movimiento, especialmente cuando sepa dónde están la cocina y el tarro de las galletas.
La vida con los perros es crecer. No puedes hacer nada, no puedes parar el tiempo porque ese cachorro que tienes en brazos crecerá demasiado rápido para convertirse en el gran amigo que te llevará a donde vayas. Los cachorros duran demasiado poco.
La vida con los perros es una comparación. Siempre tendrás una mirada con la que medirte, ahogandote sin poder salvarte en las profundidades inimaginables de los ojos de un perro. Donde la gente cree que no hay alma.
La vida con los perros es sincera. No vas a tener que decirles una mentira o una historia inventada porque, lo que sea que les digas, los perros lo saben. Siempre.
La vida con los perros es incómoda. Te encontrarás una noche de invierno, con la campera y la bufanda tapándote la cara y el frío que te cala a los huesos, paseando solo con tu perro corriendo y entusiasmado feliz, indiferente al viento que le mueve el pelo y al calor que dejaron la casa.
La vida con los perros es divertida. Hablarás con un ser que nunca te podrá responder y que escuchará cada palabra tuya, con tanta atención e interés que no encontrarás en ningún otro ser en el mundo.
La vida con los perros es volver a casa. Nadie como tu perro estará feliz de verte cada vez que entras por la puerta de la que te vio irte; aprenderá tus horarios, reconocerá tu paso y estará allí esperándote, incluso cuando sea viejo y cansado, saltando de alegría como si no te ha visto en un mes.
Aunque hayas salido a comprar el periódico.
La vida con los perros es una renuncia. Perderás poco a poco esa porción de sofá en la que estabas tan cómodo, donde disfrutabas el descanso y el merecido relax después de días agotadores y aburridos. Y lo bueno será que no te arrepentirás.
La vida con los perros es compartir. Vas a compartir tu último bocado con tu perro, porque no puedes resistir su mirada suplicante que te ha cruzado mientras estabas cenando.
La vida con los perros es enseñanza. Son ellos los que te mostrarán, simplemente corriendo en un prado o en la orilla del mar, la belleza de un día soleado y la importancia de extrañar-cada vez-más las cosas
La vida con los perros es amor. Lo que intentas emular, que vas a tratar de devolver a tu perro sin hacerlo. Pero jugar en esta prueba será una de tus hazañas más emocionantes.
La vida con los perros es un viaje. Ningún sendero de montaña te parecerá lo mismo después de que lo hayas recorrido con tu perro: recordarás perfumes, olores y colores del bosque que antes no habías oído o visto; igual que ocurrirá con el tramo de vida que haréis juntos.
La vida con los perros es un paréntesis. Para ti es una parte de tu vida, un dulce intervalo entre mil compromisos y años para llenar con cosas que hacer, es un corto camino con un perro que tú sabes, en algún momento, se detendrá para dejarte ir solo. Pero para tu perro, tu vida es todo.
La vida con perros es... maravillosa...
Y cuánto tenemos que aprender...