02/12/2023
Se nos fue El Patita o como le decíamos hace un tiempo el Pachu o el Pachi. Emprendió un viaje eterno lleno de camitas y helado. Duele muchísimo no seguir compartiendo la vida, el cotidiano, porque para nosotros ellos son nuestra familia. Tuvimos que despedir al integrante líder, a quien no importara la hora nos acompañaba en cada paseo, la vuelta a la manzana o hasta la Vete. Allá por el 2008 nos encontramos y emprendimos un camino juntos, luego se sumó La India. Por las noches era el primero que iba a la puerta a esperar que llegara, sus patitas se movían al compás, los años no le sacaron las mañas pero si tuvo que modificar algunas por los achaques y agregar otras, los mimos antes de dormir, subirse a la silla en las cenas, comer de los taper por las tardes, el cabeceó en el brazo para darle algo de nuestro plato. Tomar solcito en la nueva casa. Salir a pasear y que no se acueste. No hubo un día que nuestro amor no se hiciera notar, con tele de fondo y la compañía de siempre, quedaron muchos besos y caricias en el tintero porque nunca es suficiente el amor. La India con su intensidad y el Salvi con su respeto te acompañaron. Fuimos en auto al bosque, a la plaza, la quinta. Sus pasos por la casa se hicieron notar. Aguantó todo lo que pudo, nos regaló una última salida a la plaza, un último helado de chocolate y dulce de leche, fue y será mi viejo amigo. Nos dió una última mirada de esos ojitos tiernos.
La casa ya no es la misma, lo amamos y lo cuidamos cada día hasta su último suspiro. Lo vamos a llorar por un buen tiempo, hasta que sanemos. Pero por sobre todo lo vamos amar y extrañar por siempre . Sabemos que nos va acompañar cada día, porque el Pachi es así, compañero fiel.