16/02/2023
Recostado en un horcon, largo al tiempo la mirada, mientras mi sombra estaqueada ,le hace a la tierra un borron,(dice por ahí una bonita letra de antaño)
Hoy con cuarenta y cuatro, faltando dos para llegar a la edad que tuvo mi padre cuando se convirtió en un todo,.se me antoja reflexionar sobre una breve situación entre ambos,.
Estando yo por entrar en la adolescencia por aquellos años y galopeando un redomon, recibí un llamado de atención de su parte, por un jalon a la rienda que di producto de mi impaciencia,y como todos sabemos la adolescencia entre otras cosas es,ser impaciente y atrevido, como no existe nada más atrevido que la ignorancia le contesté:si tanto sabes porque no lo montás vos?,el hombre me miro y contestó muy tranquilo:no gracias, prefiero no maltratar ni manchar lo que alguna vez fuí,. Supe muchos años después por sus amigos, que en esos años en los que el caballo era una necesidad una forma de vida,mi padre era conciderado bueno en el manejo de las manadas a campo abierto y hechura de caballos de andar y de pecho,.Hoy entiendo que el cambio de vida, y de físico el exceso de trabajo y de mas cuestiones lo alejó de la monta,y solo se permitía filosofar al respecto de vez en cuando,. Hoy creo ir entendiendo a lo que se refería en aquella ocasión,y me preguntó:cual es nuestra auto percepción de monta,y en ese caso que intentamos? mejorar lo que fuimos?mantener lo que somos?o permitir que aquello que alguna vez fuimos se mantenga intacto en nuestro recuerdo, que claro está para aquellos que disfrutamos montar es la mas difícil de las tres.