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17/08/2018
El peón de un campo en Chubut ve un hueso gigante en el suelo y así comienza una historia de película en el sur de la Argentina. El hombre avisa al patrón y llaman al Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF). Corre el año 2012.
Tres años de excavaciones después, paleontólogos del CONICET anuncian el hallazgo de restos fósiles de al menos seis ejemplares del dinosaurio más grande conocido hasta el momento.
La especie fue bautizada Patagotitan mayorum, en honor a la Patagonia y a la familia Mayo, dueña de la estancia La Flecha. En el nombre no hay nada de Aurelio Hernández, el peón que lo descubrió. Pero el gigante de 40 metros de largo y 20 de alto volvió a cambiar de identidad. Ahora se llama "Máximo" y su réplica viajó dos meses desde Argentina para ser desde el jueves la atracción central de una muestra en el Field Museum de Chicago, EE.UU.
Destronó al titanosaurio argentino, que desde 2016 atrae turistas de todo el mundo en el Museo de Historia Natural de Nueva York.
En agosto del año pasado, el equipo de científicos que lideró la campaña presentó al "gigante entre los gigantes" en un artículo publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the Royal Society B. Allí describieron cómo fue la evolución del gigantismo en este grupo de dinosaurios.
“Encontramos más de 150 huesos sepultados en rocas del Cretácico Inferior, hace más de 100 millones de años. Calculamos que tenía casi 40 metros de largo, con 12 metros de cuello y pesaba 70 toneladas. Se encontraron otras especies muy grandes de la misma edad. Estos gigantes estaban muy relacionados entre sí, pertenecen a una misma agrupación que contiene un antepasado común”, explicó a Clarín Diego Pol, investigador principal del CONICET en el MEF. Las piezas que dan forma a la réplica que conmueve a Chicago fueron realizadas íntegramente en Trelew en un proceso de scaneos láser e impresiones 3D que duró un año. El viaje desde el Sur a Norteamérica fue una verdadera odisea (ver a parte).
Máximo entra por completo en el Stanley Field Hall. "Es un montaje logrado. El hall de entrada del museo de Chicago es gigante. Se hizo una instalación para que la cabeza quede enfrente del balcón del primer piso. Se lo va a poder ver de arriba, de abajo y con una perspectiva que empieza desde la cabeza. Va a ser la nueva estrella. Y le pusieron ese nombre por su tamaño pero en español para que se sepa de dónde es", dice Pol, orgulloso.