27/04/2024
EL VERDADERO CRIADOR NO ES QUIEN VIVE DE SUS PERROS, ES QUIEN VIVE PARA SUS PERROS.
-En el día a día se le dice “criador” a toda aquella persona que cruza dos perros y tiene cachorros, no importa bajo qué circunstancias lo hizo y con qué finalidad: con pedigree, sin pedigree, por diversión, por dinero, por tener un verdadero interés, con esfuerzo, sin esfuerzo, bien, mal, etc…
Sin embargo, el verdadero criador se ofende con la sola idea de que su trabajo con una raza sea interpretado por la mayoría, sólo como una finalidad económica. ¿Quién vende más caro? ¿Quién vende más rápido?¿Quién vende más? Son preguntas que, de sólo escucharlas, indignan a un criador, quien sin negar que sí existe una parte económica en la crianza de perros y que los perros de raza no se van a regalar, se cansa de aclarar por todos los medios que no se trata de un mero negocio y que los cachorros no son ningún tipo de mercancía o producto. Que criar perros es arte y que para hacerlo hay que tener vocación, pasión y ABSOLUTO compromiso.
-El criador entiende que si quiere seguir incursionando en la crianza debe renunciar al tipo de vida de una persona “normal”, o creer que la única y verdadera forma que quiere de vivir es ESA. Los perros son su Norte y su vida se armará y desarrollará en pos de los perros.
-Criar perros es “un estilo de vida” y no es para cualquiera. Comprometerse al 100% con tal actividad terminará implicando sacrificios que no todos están dispuestos a hacer, y terminará mostrando que no es nada fácil y que las dificultades y problemas son muchos. Sin embargo, esto no representa ninguna duda para el verdadero criador, quien sin pensarlo dos veces se lanza por el camino de la crianza, impulsado por la verdadera vocación y el amor ciego y absoluto por lo que hace.
-El criador armará su estilo de vida y todo su vida girará alrededor de la labor de criar, aquello que haga más cómodo su trabajo o mejore la calidad de vida de sus perros, terminará siendo su prioridad.
-El criador buscará a diestro y siniestro el espacio para sus perros y se alejará de aquellas personas que odian a los animales.
-El criador terminará optando por un vehículo que se adapte a sus perros y si no lo consigue, lo verán desarmar el auto que tiene para que sea más cómodo y entren más perros.
-El criador se terminará rodeando de amigos y familiares que no lo juzguen por su vida #, su pareja deberá amar a los perros tanto como él o, tarde o temprano, saldrá de su vida, pues entre la espada y la pared: el criador siempre elige a sus perros.
- hay nada peor en la vida de un criador que todo aquello que amenace contra la salud de sus perros.
Para el criador perder a un perro es como perder a un amigo o a un familiar, tendrá más miedo de la enfermedad que padece uno de sus perros, que la que pueda padecer él mismo como persona; y si la padece, le preocupará más quién cuide de sus perros en su ausencia que su propia recuperación.
-Tras años de crianza el verdadero criador recita el estándar de la raza como el padre nuestro, comprendiendo absolutamente cada tecnicismo del mismo. Conoce la historia de la raza que está criando y su desarrollo; conoce las diferentes líneas de sangre con sus pros y sus contra; entiende que hay diferentes interpretaciones del estándar de la raza; se arma de conocimientos sobre genética y reproducción; tiene una idea fija en su cabeza sobre cuál es su ideal de perro y el por qué, y aunque fracase cientos de veces y se pierda en el intento, seguirá buscando ese perro ideal; aprenderá a ser autocrítico, pues reconocer los detalles de la línea con la cual está trabajando es la única forma de mejorarla.
-Pero lo más importante es que el criador nunca dejará de aprender: luego de vivir todo tipo de experiencias, buenas y malas, asume que nunca lo sabrá todo, que siempre se presentarán cosas que no esperaba y que mantener la mente abierta a nuevos conocimientos lo hará ser un mejor criador.
-La forma de distinguir a un buen criador es preguntarle sobre uno de sus perros. Bastará con tirar un pequeño hilo de conversación para que el criador se tome las horas que sean necesarias para relatar la minuciosa selección que hizo con sus padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y demás…
Recitará nombres de perros podrá decirte de dónde piensa que proviene cada uno de los detalles que conforman al perro que él mismo crió y forma ahora su afijo.
-El “vende perros” o “productor de cachorros” nunca entenderá al criador, pues a pesar de compartir las consecuencias de vivir con tantos perros, ve la crianza canina como un mero negocio. Sólo piensa en minimizar los costos y maximizar las ventas, mezquinando en todo lo que sea posible, criando solo aquellas razas de moda y de fácil venta.
El vende perros venderá cachorros al mejor postor, donde haya dinero, él dará cachorros entregándolos en la menor edad posible, ahorrarse la mayor cantidad de gastos y trabajo en cuidarlos.
El vende perros suele tener muchas hembras (que desaparecen del criadero apenas salen de su edad reproductiva) y un solo macho con el que cruza a todas ellas; reducen gastos exageradamente y hasta algunos tienen en deplorables condiciones a sus perros; nunca pagan un buen servicio o adquieren una hembra o un macho de calidad; buscan producir cantidad de cachorros a costa de todo, incluso de cruzar a sus perras en celos reiterados y hasta que estas ya no les sirvan más e incluso entre perros de la misma familia. El vende perros perdura mientras la venta de esa raza le sea rentable.
En realidad, odian aquel trabajo como el que odia ir todos los días a una oficina. Pues “producir cachorros” se vuelve arduo para el que sólo piensa en sacar dinero sin tener vocación de criador, ya que es sabido que ningún vende perros es millonario y el esfuerzo, de cualquier forma, es muy grande para una ganancia que se vuelve trivial frente a la exagerada cantidad de gastos que se tiene (aun mezquinando) y el trabajo sin descanso ni vacaciones que conlleva.
- vez que el criador asume que su vocación es la crianza de perros, ya no puede volver atrás.
Y si le es fácil dejarlo, entonces nunca fue un verdadero criador.
No hay remedio que cure su loca pasión con los perros. Incluso si la circunstancia lo obliga a dejar la crianza.
(Texto copiado y modificado).