07/02/2020
El perro esquimal de Nome
Balto era un mestizo de husky siberiano que nació en Nome, un pequeño pueblo de Alaska en 1923. Esta raza, aunque era originaria de Rusia, fue llevada a territorio estadounidense en 1905 para trabajar principalmente en el mushing (perros que tiran de los trineos), ya que eran más resistentes y ligeros que los malamute de Alaska, los perros originarios de la zona.
En 1925, cuando las temperaturas rondaban los -30ºC, el pueblo de Nome se vio afectado por la difteria, una enfermedad bacteriana grave y que puede llegar a ser mortal que suele darse principalmente en niños pequeños. En el pueblo no se disponía de la vacuna antidiftérica, por lo que se utilizó el telegrama para descubrir dónde podían encontrar más inyecciones. Las más cercanas se encontraban en la ciudad de Anchorage, a 865,17 kilómetros de distancia y desafortunadamente no era posible utilizar pasos aéreos y marítimos, pues una tormenta invernal impedía el uso de las rutas.Lo 20 guías diseñaron un sistema de relevos que hiciera posible el traslado de las vacunas. Uno de los más destacados fue Gunner Kaassen, guía del escuadrón B, en el que se encontraba Balto, el perro lobo. Durante la improvisada carrera todos los implicados soportaron temperaturas de alrededor de -40ºC, fuertes vientos, pasos helados y zonas montañosas realmente complicadas. De hecho, muchos humanos y perros fallecieron en su intento por salvar la población infantil de Nome.
Existen varias teorías sobre lo que ocurrió con el último grupo de perros, guiados por Gunner: algunas sugieren que fue Balto quién lideró a los perros durante todo el camino (aunque no era un perro guía), otras que el perro guía no lograba orientarse y en las últimas se sugiere que el guía se rompió una pata. Lo que sí es cierto es que Balto fue quién tomó el mando de la carrera, a pesar de que muchos tenían poca fe en él.
En apenas cinco días y medio, el escuadrón B llegó por fin a Nome con la vacuna antidiftérica en su poder. Quizás fue por su hibridación, o bien porque no se esperaba que un perro que nunca antes había sido guía pudiera liderar al resto de perros, pero lo cierto es que Balto fue capaz de encontrar el camino y en mucho menos tiempo del esperado.