16/05/2023
EL CLUB ES SU GENTE
[Por Sebastián Perasso]
Debemos partir de la base que un club no es solamente un lugar físico, sino por sobre todo una atmósfera en donde las relaciones entre sus miembros conforman lo más sagrado y el ADN de cada institución deportiva, porque “el club primero es su gente” y las relaciones que entre ellos se siembran.
El francés Marc Augé en su libro “Los no lugares, Espacios del Anonimato” acuñó el concepto del "no-lugar" para referirse a aquellos lugares donde se encuentran muchas personas aglomeradas, pero en el cual no existe ninguna interrelación entre ellos.
Es el caso de un ascensor, un shopping, un aeropuerto, un supermercado o una autopista, por ejemplo.
Sostiene el antropólogo francés que esos lugares de transitoriedad no tienen la suficiente importancia para ser considerados como “lugares” porque son espacios antropológicos en los que las personas no se relacionan entre sí.
Por ello, es necesario que el propio club sea un espacio en donde los vínculos afloren de manera nítida, donde haya interrelación y contacto fluido con los demás, donde el sentido de pertenencia emane como denominador común y sea un lazo sagrado entre todos.
En estos tiempos líquidos, caracterizados por la falta de comunicación, el aislamiento y la desconexión, la tarea a llevar adelante constituye una empresa difícil.
Nuestras conductas dentro del club determinan la calidad y fortaleza de los vínculos y relaciones entre sus miembros. Por ello, generar entre todos la práctica de una cultura de valores e incentivar hábitos valiosos determinarán la presencia de un factor humano que será decisivo para la vida social y deportiva del club.
El cariño con la institución de la cual formamos parte no se genera de manera mágica ni tampoco a través de actos aislados sino que se construye en el dia a dia viviendo intensamente una vida de club y demostrando a través de acciones concretas nuestro amor, identificacion y pertenencia.
El ejemplo más modesto siempre tiene más fuerza que el discurso más brillante. Por ello, desde el ejemplo cotidiano damos un mensaje rotundo. Desde el ejemplo expresamos nuestras pripioridades, nuestra filosofía y nuestra manera de vivir y sentir el club.
Sentido de pertenencia significa "sentirte parte" y para sentirse parte uno debe obligatoriamente aportar algo. Puede ser una contribución dineraria a traves de la cuota social por supuesto, pero tambien aportando otras cosas: nuestro esfuerzo, nuestras ganas y nuestro tiempo en beneficio del club. En ese sentido, toda accion desinteresada que ayude al club en sus múltiples aspectos (arreglar la cancha, pintar las haches, entrenar un equipo, colaborar con el tercer tiempo, etc) construye el sentido de pertenencia.
El éxito decia Aristóteles no es un acto sino un hábito. Si logramos moldear hábitos positivos que edifiquen una cultura de trabajo basada en valores entonces el club tendrá pilares sólidos y un capital humano que será la base para alcanzar el exito.
Contrariamente a lo que se piensa. Si un club se cimienta en fuertes lazos y sólidos valores, el rendimiento deportivo naturalmente se eleva. No son dos cosas disociadas sino absolutamente conectadas. James Kerr en su libro "Legado" confirma que cuando un equipo tiene un cultura de valores detrás logra elevar el compromiso, la dedicación, el esfuerzo y las prestaciones individuales y colectivas, y en consecuencia su rendimiento deportivo. Trabajando en el aspecto humano los All Blacks han pasado del 75% al 85% de victorias, confirmando aquella máxima de que "mejores personas hacen mejores jugadores y mejores entrenadores de rugby"
En sintesis, construir una atmósfera positiva y propicia para el disfrute y el aprendizaje, moldear vinculos sanos, generar identificación entre sus miembros y una cultura de trabajo que los identifique constituyen la piedra fundacional para lograr el éxito social, institucional y deportivo de un club.