29/01/2025
Haru, una felina de casi cuatro años, realizó su control anual, que incluyó un refuerzo de vacunas. Durante la consulta, mostró resistencia a la manipulación, pero se pudo realizar un buen examen clínico, identificando hallazgos leves como signos iniciales de enfermedad dental y caspa lumbar asociada a un leve dolor lumbosacro. Debido a la revisión exhaustiva y la toma de presión, la vacunación se volvió impracticable debido al estrés de la paciente. Dado que la vacunación no era urgente, se decidió posponerla para evitar un trauma adicional, planeando administrarla con la ayuda de gabapentina en una futura visita. Es fundamental respetar los tiempos de cada gato, ya que son animales sensibles y perceptivos que pueden desarrollar problemas conductuales a raíz de experiencias negativas previas. Por lo tanto, si un procedimiento no es urgente, es preferible reprogramarlo para garantizar un manejo adecuado. En casos de urgencia, se optará por la sedación en un entorno de urgencias, minimizando así el estrés del animal.