La importancia del abordaje a un paciente con estatus epiléptico radica en la prontitud y eficacia al diagnosticar e iniciar el tratamiento.
El status epiléptico es una actividad epileptiforme continua que dura más de 5 minutos o varias crisis epilépticas directas con recuperación incompleta de la consciencia. Las causas puede ser idiopáticas o estructurales entre ellas, inflamatorias, infecciosas, traumáticas, vasculares, metabólicas o tóxicas. El manejo inicial incluye el ABC del soporte vital básico manteniendo oxigenación constante (FiO2 95-100%), una PAM entre 80 y 100mmmHg y una temperatura entre 37 y 37.5°C. Vigilancia electrolítica, , glucosa, función hepática, renal y estado ácido- base. El tratamiento farmacológico puede constar de benzodiacepinas, barbitúricos, propofol y/o anestésicos inhalados. Como complementaria, acupuntura, medicina sintergética, homeopatía, reiky, medicina holónica, esencias florales, entre otros.
Crisis epiléptica parcial compleja
Crisis epiléptica parcial compleja. Algunas alteraciones en la corteza orbitofrontal generan manifestaciones clínicas como cegueras temporales, actitudes obsesivas, miedos, temblores, incoordinación, vocalización, carreras descontroladas o como en este caso ataque a objetos o seres vivos. La diferencia entre un trastorno comportamental y neurológico es mínima. Al examen neurológico podemos localizar el sitio exacto de lesión y posteriormente con ayudas diagnósticas se confirma la patología. Un tratamiento adecuado y oportuno puede salvar muchas vidas.