El Mastín Napolitano tiene fama de ser un terrible guardaespaldas. No es una afirmación infundada, ya que en otros tiempos se le utilizó para luchar contra gladiadores y fieras o para acompañar a los bandoleros del sur de Italia. Pero a pesar de este pasado belicoso no es un perro agresivo, la razón de que este perro responda a las órdenes del hombre es la necesidad que tiene de moverse. Origen
E
l Mastín Napolitano desciende del Mastín del Tíbet y se intuye que llegó a las costas napolitanas hacia el siglo IV a.J.C.. Debido a su descomunal fuerza, los romanos los utilizaron en peleas, como bestias de carga y también como perros guardianes. La historia de esta raza sigue los pasos de la del imperio romano. Con la caída de éste casi desaparecieron, y no fue hasta 1946 que se tomaron medidas para salvaguardar el futuro de la raza. Comportamiento
Es un perro obediente, tranquilo, inteligente y amistoso. Sólo ataca en caso de orden o cuando se le provoca. Este Mastín es receptivo al adiestramiento pero hay que empezar su educación muy pronto, cuando el cachorro es todavía muy maleable. Tiene un fuerte instinto de protección. Aspecto
El Mastín Napolitano es un perro pesado, musculoso y rechoncho. Tiene unos ojos de expresión penetrante. Las orejas son pequeñas, triangulares y cuelgan pegadas contra las mejillas, aunque en algunos países se las suelen cortar. La cola es gruesa en la raíz, aunque es normal que sea amputada en un tercio de su longitud. Tiene una forma de andar lenta y pesada.