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20/12/2024
Dominio de la gestión del estrés térmico en aves de corral:De las temperaturas críticas al impacto  fisiológico.🐓Zonas d...
16/12/2024

Dominio de la gestión del estrés térmico en aves de corral:

De las temperaturas críticas al impacto fisiológico.

🐓

Zonas de temperatura crítica para las aves de corral.

🌡️

La primera imagen describe los rangos de temperatura y su impacto en el rendimiento de las aves de corral:

1️⃣ Zona termoneutral (18-22°C): Aquí es donde las aves experimentan una salud y productividad óptimas.

2️⃣ Estrés por frío (por debajo de 18 °C): Las aves utilizan más energía para mantenerse calientes, lo que reduce la eficiencia alimentaria y el crecimiento.

3️⃣ Estrés térmico (por encima de 25°C):

Estrés por calor leve (25 ° C): En esta etapa, las aves comienzan a reducir la ingesta de alimento para disminuir la producción de calor.

Estrés por calor moderado (30 °C): Las aves entran en un estado más crítico en el que comienzan a jadear y a alterar el flujo sanguíneo para mantener la temperatura corporal central.

Esto da como resultado una mayor pérdida de agua y deshidratación.

Estrés térmico severo (35 °C o más): En este punto, los mecanismos fisiológicos se ven abrumados, lo que provoca importantes pérdidas de producción, inmunosupresión y mortalidad potencial.

Comprender la respuesta fisiológica al estrés por calor.

La segunda imagen nos adentra más en los mecanismos fisiológicos desencadenados por el estrés térmico.

Las aves carecen de glándulas sudoríparas, por lo que dependen en gran medida del jadeo (evaporación respiratoria) y de los cambios en el flujo sanguíneo para regular la temperatura corporal.

Esto es lo que sucede:

Activación del hipotálamo:

Jadeo y aleteo gular:
Las aves jadean para refrescarse, pero esto conduce a una pérdida significativa de dióxido de carbono, alterando el equilibrio ácido-base y causando alcalosis respiratoria.

Vasodilatación:
Para aumentar la disipación de calor, la sangre se redirige a la piel.

Sin embargo, esto puede reducir el flujo sanguíneo a los órganos esenciales, lo que afecta el rendimiento general.

Respuesta suprarrenal:
Las glándulas suprarrenales liberan catecolaminas (adrenalina) para hacer frente al estrés.

Con el tiempo, la secreción prolongada conduce a la supresión metabólica e inmunológica.

Estrés por calor agudo vs. crónico.

El estrés térmico agudo se produce en ráfagas cortas, pero sus efectos son inmediatos, entre ellos:

Aumento de la frecuencia cardíaca y dificultad respiratoria.

Impacto inmediato en la ingesta de alimento y las tasas de crecimiento, disminuyendo el rendimiento diario.

Sin embargo, el estrés por calor crónico plantea desafíos a largo plazo:

Desequilibrios electrolíticos:
Deshidratación y desequilibrios de sodio/potasio debido a la pérdida excesiva de agua.

Cambios metabólicos:
Reducción de la actividad tiroidea, aumento de la deposición de grasa y deterioro del metabolismo de las proteínas, lo que en última instancia afecta el peso corporal y la producción de huevos.

Inmunosupresión:
Lo que los hace más susceptibles a enfermedades como las infecciones por Newcastle o E. coli.

Pérdidas de producción:
Menor ingesta de alimento, menor eficiencia alimentaria, peor calidad de los huevos, problemas de fertilidad e incluso mayores tasas de mortalidad.

Intervenciones adaptadas a cada nivel de estrés:

1️⃣ Sistemas de ventilación y refrigeración:
La ventilación adecuada del túnel es clave.

2️⃣ Ajustes nutricionales.

3️⃣ Formulación de piensos para el estrés térmico.

4️⃣ Información sobre el comportamiento

¡Comparte tu experiencia!.

¿Cómo aborda el estrés por calor en sus operaciones avícolas?.

La clasificación de los huevos es crucial en las operaciones de incubación para aislar los huevos de mala calidad y gara...
06/12/2024

La clasificación de los huevos es crucial en las operaciones de incubación para aislar los huevos de mala calidad y garantizar que solo los huevos de buena calidad estén listos para la incubación.

A continuación se presentan algunas categorías de huevos de mala calidad, sus causas e impactos:

1. Huevos sucios
Descripción:
Huevos contaminados con tierra, heces o material de cama.

Causa:
Mala higiene del nido o manejo inadecuado.

Impacto:
Aumento del riesgo de contaminación bacteriana.

2. Huevos rotos
Descripción:
Huevos con fracturas visibles de la cáscara.

Causa:
Manipulación brusca, recolección incorrecta o cáscaras débiles.

Impacto:
Baja incubabilidad y riesgo de contaminación.

3. Huevos de cáscara fina
Descripción:
Conchas frágiles y translúcidas.

Causa:
Deficiencia de calcio o vitamina D3 en la dieta de los reproductores.

Impacto:
Alto riesgo de rotura durante la manipulación e incubación.

4. Huevos deformes
Descripción:
Huevos con formas irregulares o textura irregular.

Causa:
Estrés del reproductor, edad o problemas del tracto reproductivo.

Impacto:
Menor incubabilidad y calidad de los pollitos.

5. Huevos sangrientos o mohosos:

Descripción:
Huevos con manchas de sangre o crecimiento de moho.

Causa:
Sangre debido a vasos rotos; moho de almacenamiento inadecuado.

Impacto:
Contaminación de la planta de incubación y bajas tasas de eclosión.

6. Huevos con doble yema
Descripción:
Huevos que contienen dos yemas.

Causa:
Ovulación irregular en gallinas.

Impacto:
No viable para la eclosión.

La clasificación, la manipulación y el almacenamiento adecuados pueden optimizar el porcentaje de eclosion.

Huevo (alimento). Los huevos de las aves constituyen un alimento habitual en la alimentación de los humanos.Se presentan...
11/02/2024

Huevo (alimento).

Los huevos de las aves constituyen un alimento habitual en la alimentación de los humanos.

Se presentan protegidos por una cáscara y son ricos en proteínas (principalmente albúmina, que es la clara o parte blanca del huevo) y lípidos.

Son un alimento de fácil digestión, componente principal de múltiples platos dulces y salados, y una parte imprescindible en muchos otros debido a su propiedad aglutinante.

Los más consumidos, con gran diferencia, son los de gallina (Gallus gallus domesticus), seguidos por los de pato y ganso; también se consumen los huevos de codorniz, que son muy pequeños, bien como exquisitez gastronómica o para niños pequeños.

Los huevos de avestruz y ñandú son también comestibles y pueden llegar a pesar 1,3 kg. Casi todos ellos proceden de explotación industrial: avicultura.

Los huevos empleados en el consumo humano son por regla general y en su gran mayoría no fertilizados (a excepción del balut indonesio).

Las huevas (como el caviar) son huevos de pescado y son también comestibles en muchos casos por diversas culturas.

A los productos obtenidos del huevo se les denomina ovoproductos.

En México, desde los aztecas y aún en nuestros días, se consume la hueva del mosquito, que las hembras colocan en las partes bajas de las lagunas como en el lago de Texcoco y le llaman ahuautle, conocido como caviar mexicano.

También son comestibles los huevos de reptiles como las iguanas y la tortugas (tanto las marinas como las terrestres).

Respecto a la frescura de un huevo destinado a la alimentación humana en ciertos países, como en los estados miembros de la Unión Europea, se considera con la denominación de 'huevos frescos' aquellos huevos que están destinados a un consumo en un plazo de 28 días desde la puesta de la gallina.

Las denominación 'extra frescos' limita este plazo a tan solo nueve días.

Tamaño.
Los huevos blancos y los huevos morenos únicamente se diferencian por el color de su cáscara, en función de la raza de la gallina que lo ha puesto, ya que su contenido nutricional es el mismo.

Los huevos de gallina pueden ser de variados tamaños, siendo muy pequeños en aves jóvenes y grandes en aves adultas.

La diferencia radica en que, al ser más grandes, la cáscara es más frágil y propensa a romperse.

Como curiosidad, estos huevos grandes pueden venir con doble yema, debido a una doble ovulación del ave.

La cáscara del huevo se compone mayormente de carbonato de calcio.

Puede ser de color blanco o castaño claro (marrón), según la variedad de la gallina ponedora.

El color de la cáscara no afecta su calidad, sabor, características al cocinar, valor nutricional o grosor.

Un huevo medio de gallina suele pesar entre 60 y 70 gramos

La cáscara.
Las cáscaras de los huevos de gallina pueden ser blancos o morenos, que en realidad son de color pardo claro.

Algunas gallinas ponen huevos con fuerte matiz verde-azul.

En diferentes regiones del mundo se tienden a preferir unos frente a otros.

En general, los blancos se asocian a mayor higiene y los pardos a más naturales, pero en realidad son iguales y poseen las mismas propiedades organolépticas.

La cáscara del huevo es porosa y puede llegar a tener de 7 000 a 17 000 poros.

Es una gran fuente de calcio, pero –obviamente– aunque es comestible, su consumo necesita de métodos complejos que permiten ser ingeridas sin riesgo de sufrir heridas gastro-intestinales.

Un ejemplo de ingestión de cáscara se encuentra en los huevos encurtidos, en los que el vinagre (pH ácido) ablanda la cáscara durante su conservación.

Otra posibilidad es la de someter la cáscara a la acción del ácido cítrico (jugó de limón) durante algunas horas; el líquido lechoso resultante se puede ingerir resultando una importante fuente de calcio de sustitución en enfermedades carenciales como la osteomalacia y el raquitismo y también en la desmineralización como la osteoporosis.

Considerando que la dosis mínima es de un gramo diario, una cáscara aporta aproximadamente 6,5 gramos de este mineral.

Biológicamente la cáscara es una cubierta terciaria del óvulo, obtenida (al igual que la clara) durante su paso por el oviducto.

La yema.
La yema constituye la tercera parte del peso total del huevo y su función biológica es la de aportar nutrientes, calorías, vitamina A, tiamina y hierro necesarios para la nutrición del pollo que crecerá en su interior.

El color amarillo de la yema no proviene del beta-caroteno (color naranja de algunas verduras) sino de los xantófilas que la gallina obtiene de la alfalfa y de los diversos granos (como puede ser el maíz).

Los cuidadores suelen verter en el pienso de las gallinas ponedoras pétalos de asteraceae y otros aditivos que proporcionan color.

Los huevos de pato muestran un profundo color naranja debido al pigmento cantaxantinas que existe en los insectos acuáticos y crustáceos de la dieta de estas aves.

La estructura interna de la yema es como si fuera un conjunto de esferas concéntricas (al igual que una cebolla).

Cuando se cocina el huevo, estas esferas se coagulan en una sola.

La yema se protege y se diferencia de la clara por una membrana vitelina.

En cocina se suele emplear la yema del huevo en la elaboración de las salsas emulsionadas a base de yemas de huevo y grasas (aceite de oliva y/o mantequilla).

En algunos casos ellas mismas ya son ingrediente de diversos elementos de repostería, tal y como las yemas de Santa Clara, los huevos chimbos, las rosquillas de Alcalá y el tocino de cielo.

Biológicamente, la yema es un óvulo no fecundado.

La clara.
La clara aporta las dos terceras partes del peso total del huevo.

Se puede decir que es una textura casi transparente en cuya composición casi el 90 % es agua y el resto es proteína, con trazas de minerales, materiales grasos, vitaminas (la riboflavina es la que proporciona ese color ligeramente amarillento) y glucosa (la glucosa es la responsable de oscurecer el huevo en las conservaciones de larga duración: huevo centenario).

Las proteínas de la clara están presentes para defender al huevo de la infección de bacterias y otros microorganismos, pues su función biológica es la de detener agresiones bioquímicas del exterior.

Las proteínas incluidas en la clara del huevo son las siguientes:

La ovomucina hace el 1,5 % de la albúmina proteica existente en el huevo.

A pesar de ello es el ingrediente que mayores propiedades culinarias tiene debido a que es la responsable de cuajar el huevo frito y pochado.

Su misión biológica es la de ralentizar la penetración de los microbios.

La ovoalbúmina es la más abundante en el huevo (y es la proteína que primero se cristalizó en laboratorio, en el año 1890).

Se desnaturaliza fácilmente con el calor.

La conalbúmina hace el 14 % del total de las proteínas de la clara de huevo.

El ovomucoide alcanza una proporción del 11 %.

Es el causante de muchas de las respuestas alérgicas al huevo.

La lisozima alcanza el 3,5 % y actúa como antibiótico.

La avidina alcanza una proporción del 0,05 %.

Se une a la biotina y la bloquea.

Flavoproteína un 0,8 %, precursor de vitaminas.
Ovoinhibidor 1,5 %, principal enzima antiproteinasa de la clara.

La clara de huevo es una mezcla homogénea coloidal (soluto entre 1 y 100 nanómetros).

En virtud de ser un coloide, presenta un fenómeno muy particular de dispersión de la luz, llamado efecto Tyndall.

Es un alimento bastante nutritivo.

Contiene proteínas tanto en la clara como en la yema.

La clara se compone de muchas vitaminas y aporta entre un 10% y un 20% de la cantidad diaria recomendada de vitaminas A, D, E y K.

Los huevos también tienen minerales, como fósforo, selenio, hierro y zinc.

Los huevos son la fuente más frecuente de salmonelosis.

La causa suele estar en restos de excremento de gallina que puedan quedar adheridos a la cáscara si entran en contacto con el interior y si se toman en crudo.

El peor error que se puede cometer es lavar un huevo y guardarlo varios días para comerlo.

Esto permite la entrada de gérmenes, que contaminarán el alimento y, posiblemente, afectarán la salud del comensal.

Se deben mantener en sitios refrigerados: por regla general, un huevo se estropea al mismo ritmo en un día si se coloca temperatura ambiente, que en refrigerador durante cuatro días.

Los huevos pueden congelarse durante varios meses.

Existe en el mercado huevo líquido pasteurizado.

Las autoridades de cada país suelen hacer regulaciones específicas sobre el etiquetado de huevos en las cáscaras de los huevos para que el consumidor esté informado acerca del estado y origen del huevo que consume.

Al sumergir un huevo en mal estado, flotará debido a la acumulación de gases en su interior.

Los huevos en buen estado de conservación siempre se mantendrán en el fondo.

Descubre el misterioso porqué de los huevos de colores. Si echas la vista atrás, comprobarás que los huevos camperos de ...
08/02/2024

Descubre el misterioso porqué de los huevos de colores.

Si echas la vista atrás, comprobarás que los huevos camperos de colores siempre han estado presentes en tu vida… ¿Quién no recuerda la gran cesta de huevos que la abuela nos colaba en el maletero del coche cuando terminaban las vacaciones y volvíamos a la ciudad? Aquellos huevos blancos y morenos, mezclados en aparente desorden…

Crecimos pensando que los huevos sólo podían ser de dos colores y, sin embargo… ¡Sorpresa! Ahora Internet nos muestra que existen huevos de gallinas camperas verdosos, color chocolate… ¡o incluso azules! ¿Cómo es posible? ¿Son naturales?

Pues sí. ¡Totalmente! Vamos a conocerlos y a profundizar un poco más en las causas…

¿Por qué los huevos son de colores diferentes?
Básicamente, por motivos genéticos. Los colores de los huevos dependen de la raza de gallina o de su cruce.

En general, los huevos toman color a medida que se abren paso por el oviducto de la gallina, un canal interno en el que tienen lugar distintas fases de su formación. Allí los pigmentos propios de la raza van depositándose en las capas externas de las cáscaras, tiñéndolas, hasta adquirir su coloración característica definitiva.

¿Por cierto, sabías que la cáscara de los huevos está formada principalmente por calcio y tiene numerosos usos?

¿Y por qué hay huevos de color azul o verde?

Los colores en las cáscaras de los huevos se deben principalmente a dos pigmentos: la protoporfirina y la biliverdina.

La protoporfirina es un pigmento orgánico presente en la hemoglobina o glóbulos rojos de las gallinas; de ahí su color. Esta sustancia rojiza se va depositando en las cáscaras blancas y las tiñe hasta lograr la tonalidad marrón.

Los huevos azules o verdosos se deben a una enzima que se segrega en la parte distal del oviducto de ciertas razas de gallinas, concretamente las de raza araucana, de Chile, o las dongxiang y lushi, de China. Esta enzima transforma la hemoglobina de las aves en biliverdina, que se incorpora al huevo hasta el punto de formar parte de su cáscara.

Existen muchas gradaciones de huevos azul-verdosos, desde los celestes de las subvariedades de gallina patoja, trintre, huirrupel, copetonas o jiras, hasta los verdes de las tejuela, perdicita o negra completa.

¿Y los huevos con manchas?

Las manchas de color café o amarronadas de los huevos de codorniz vienen dadas por la acumulación puntual de protoporfirina en el oviducto. De ahí su apariencia irregular, tanto en forma como en tonalidades: desde el marrón café hasta el verde oliva.

¿Cómo podemos saber de qué color serán los huevos de una gallina?
En general, los huevos de colores más comunes son los que varían entre el blanco y el marrón. Así que una forma fácil de tener una idea del color que tendrán los huevos de una gallina es observar su plumaje: si es blanco, tendrá altas posibilidades de que el huevo también lo sea; si es marrón, el huevo podrá variar en una tonalidad de marrones. Aunque, como hemos visto, en ocasiones nos puede dar sorpresas con huevos de color chocolate, verde oliva o azul.

El valor nutricional de los huevos de colores
¿Influye el color del huevo en su valor nutricional? La respuesta es no; al menos, no de forma notable.

Según las últimas investigaciones, los huevos azules parecen tener una mayor concentración de carotenos en su yema, menor cantidad de proteínas en su clara y algo más de colesterol. Pero no difieren apreciablemente de los marrones o blancos en sus propiedades nutritivas.

Todos los huevos, independientemente de su color, son muy nutritivos, ricos en proteínas, vitaminas y grasas saludables. No obstante, sí puede haber diferencias por la crianza de la gallina, es decir, en función de si se han seguido o no criterios de bienestar animal.

Las gallinas en libertad, además de una dieta complementaria más natural y saludable, se ven beneficiadas por el contacto con la naturaleza y el aire libre en su sistema inmunitario y su desarrollo fisiológico.
Esto influye en la calidad de sus huevos y, por tanto, en nuestra salud de forma indirecta.

UNA GALLINA LLAMADA TIBURCIA.                                                                             Había una vez ...
22/01/2024

UNA GALLINA LLAMADA TIBURCIA.
Había una vez un granjero que se dedicaba a la crianza de pollos finos.

Don Roberto López, dueño de esta granja, siempre estaba orgulloso de su criadero pues cada año competía con sus pollos en una feria donde se escogía desde el más hermoso hasta el más raro de ellos.

Su gallo, llamado Fausto, era muy querido y respetado por sus gallinas, las cuales estaban muy contentas pues el gallo las trataba bien.

Una tarde el gallo Felipe, que pertenecía al granjero vecino, se cruzó la cerca y empezó a alborotar el gallinero, pues era todo un Don Juan y a las gallinas las tenía todas embobadas haciéndole rueda, escuchando los hermosos piropos que salían de su pico.

Todas las gallinas estaban de coquetas, pues su gallo no era muy galante que digamos, pero había una que se mantenía alejada, era la gallina más joven del gallinero llamada Melissa la cual resaltaba de entre todas por su belleza de blanco plumaje, ojos verdes y un coqueto lunar en su pico.

Al parecer, el intruso no era de su agrado.

Al gallo Fausto, al darse cuenta del chacoteo descarado del gallo Felipe con sus gallinas, lo invadió la cólera y se le fue encima a picotazos para hacerle pagar su atrevimiento.

El gallo Felipe, ni tardo ni perezoso, se le enfrentó llevándose la peor parte quedando muy lastimado y no le quedó mas que huir por donde había llegado.

Pero se dijo que regresaría, ya que se había enamorado de la gallina Melissa.

Después de 3 días, el gallo Felipe regresó y empezó a enamorar a la gallina Melissa.

Al principio fueron piropos; después, haciéndose el encontradizo, pero cuidándose de que el gallo Fausto no lo viera, pues ya había comprobado la fuerza de su pico.

Pasaron algunos días y el gallo Felipe, viendo que no avanzaba en su enamoramiento, se jugó el todo por el todo: recogió una generosa cantidad de lombrices que extrajo del cieno y las depositó en un plato para llevárselas a la gallina Melissa.

Al verlo llegar con gran presente, la gallina Melissa no lo pensó mucho, pues ya estaba enamorada de él.

Acordaron fugarse en la noche, pero la tristeza la invadía pues, a sus 10 huevos los iba dejar en el desamparo, eran sus primeros huevos ¿Qué pasaría con sus pollitos, aun no nacidos? -se preguntaba.

Pero era tal el enamoramiento, que no lo pensó más y se dijo así misma que merecía ser feliz con aquel que le ofrecía un lugar en su corazón.

Al día siguiente el gallo Fausto la buscó por toda la granja sin poderla encontrar, pero al pasar por el porche de la casa del granjero, el perro, que siempre se la pasaba dormitando ahí, le dijo:

-Si buscas a tu gallina, de una vez te digo que pierdes tu tiempo.

En la noche vi cuando cruzó la cerca con el gallo del vecino.

Creo que ya no va a regresar; y al decir esto, se echó para seguir durmiendo.

El gallo regresó derrotado al gallinero, pensando cómo le iba hacer para que sus pollitos nacieran.

Lo invadió la tristeza pues nunca se imaginó que su gallina Melissa, la más querida le hiciera esto.

Al llegar al gallinero les conto a sus gallinas lo que había pasado y les pidió su ayuda y comprensión, preguntándoles quién quería hacerse cargo de los huevos; pero cada una tuvo una excusa para no hacerlo.

La primera dijo: ¡Yo no, porque tengo muchos huevos que incubar!

Otra dijo: ¡Yo, menos pues mi trasero es muy pequeño!

-Y así sucesivamente, todas tuvieron su excusa.

Al gallo lo embargaba la desesperación pues a sus pollitos les faltaba poco tiempo para nacer y si no hacía algo al respecto, se iban a morir por falta de calor.

De pronto, del rincón del gallinero gritó la gallina más vieja llamada Tiburcia.

- ¡Yo me haré cargo de los huevos, ya hace tiempo que no incubo, pero no voy a dejar que por su egoísmo se pierdan 10 vidas!

Todas las gallinas al principio, sorprendidas, soltaron la carcajada y se burlaron de ella, diciéndole que se le había zafado un tornillo y la llamaron loca.

Al gallo no le quedó otra opción que aceptar la ayuda ofrecida, pero, no muy convencido y al no haber más, acordó que ella se haría cargo de los huevos.

Después de 15 días los pollitos nacieron y lo primero que vieron fue a la gallina llamada Tiburcia, aquella gallina que tuvo el corazón y coraje de hacerse cargo de huevos ajenos.

Ella les enseñó cómo buscar lombrices, cómo protegerse de la lluvia cuando caía un aguacero y muchas cosas más; los pollitos la querían y respetaban, sin saber que ella no era su verdadera madre.

El tiempo pasó y don Roberto recuperó a su gallina que había desaparecido tiempo atrás.

El vecino la había escondido por un buen tiempo, pero, gracias a que las gallinas del vecino no la querían ahí, la hicieron correr hasta llegar al gallinero de don Roberto.

La gallina Melissa, al regresar y ver de nuevo al gallo Fausto, le pidió perdón y le pidió que por favor le dijera qué había pasado con sus huevos.

El gallo, que aun sentía desprecio y rencor hacia ella, le dijo que habían mu**to pues no hubo quien incubara sus huevos.

La gallina, arrepentida, se la pasaba llorando.

Qué caro había pagado su error pues, el gallo con el que se fugó le prometió muchas cosas que no cumplió y pronto se le acabó el enamoramiento.

Pero no todo estaba perdido, pues no faltó la chismosa que le dijera que sus pollitos estaban vivos y que la loca del gallinero los tenía.

Llegó hasta Tiburcia y en forma prepotente le exigió que le devolvería sus pollitos, pues eran suyos, y como las demás gallinas la apoyaron, a Tiburcia no le quedó más remedio que entregárselos.

Con mucha tristeza y lágrimas en los ojos se despidió de cada uno de ellos.

La gallina Melissa sonrió triunfante pues a pesar de no haber estado todo ese tiempo con ellos, sin ninguna dificultad los había recuperado.

Pero ¡vaya sorpresa que se llevó!

Pues, uno a uno, le dijeron en su cara el por qué no la aceptaban como su madre y no se iban a ir con ella.

El primero dijo: ¿Dónde estabas tú para enseñarme cómo buscar lombrices?

El segundo le dijo: ¿Dónde estabas tú para enseñarme como protegerme de la lluvia?

El tercero dijo: ¿Dónde estabas tú cuando me caí en el abrevadero? Casi me ahogo, pero mamá Tiburcia me salvó.

El cuarto dijo: ¿Dónde estabas tú cuando una rata me correteó para comerme? ¡Si no ha sido por mamá Tiburcia que valientemente se le enfrentó, habría mu**to!

Y así sucesivamente, todos los pollitos le reprocharon su ausencia.

La gallina Melissa ya no quiso escuchar más reproches y se alejó para ya no volver, pues ahí, ya no tenía nada que hacer.

A Tiburcia sus pollitos le secaron las lágrimas con sus alitas y le prometieron que siempre la iban a querer, cuidar y proteger como ella lo había hecho con ellos.

Don Roberto ganó tantas medallas y premios por la exhibición de sus hermosos pollitos, que hasta les tomo fotografías, pero también a la gallina Tiburcia pues, gracias a ella, los pollitos crecieron sanos y hermosos.

No hubo gallina más orgullosa y feliz que ella en todo el gallinero.

Tiburcia se ganó el respeto y admiración de todas las gallinas, y por mucho tiempo, en su vida se respiró paz y tranquilidad.

Autora:Perla Concepción Rojas De León.

HUEVOS DEFORMES Se refiere a los huevos que difieren de la forma normal que es “OVOIDE” o su tamaño es demasiado grande ...
29/05/2023

HUEVOS DEFORMES

Se refiere a los huevos que difieren de la forma normal que es “OVOIDE” o su tamaño es demasiado grande o pequeño. Estos huevos pueden ser resultado de muchos factores del cual se ira explicando según deformacion.

HUEVOS DEBILES SIN CASCARON

Es cuando el huevo sólo está protegido por la membrana externa. Los huevos en fárfara se producen a causa de:

1. Glándula cascarógena inmadura en ponedoras jóvenes
2. Deficiencia en calcio y vitaminas E, B12 y D, así como fósforo y selenio
3. Ciertas enfermedades como enfermedad de Newcastle, bronquitis infecciosa aviar, influenza aviar o el síndrome en la caída de puesta
4. Parásitos o micotoxinas
5. Estrés que causa prematura una puesta

HUEVOS DEFORMES EN TAMAÑOS

Se refiere a los huevos que difieren de la forma normal o su tamaño es demasiado grande o pequeño. Estos huevos pueden ser resultado de la glándula cascarógena inmadura, enfermedades como bronquitis infecciosa aviar, enfermedad de Newcastle y laringotraqueitis infecciosa aviar. También a causa de estrés o superpoblación en el gallinero.

HUEVOS ASIMETRICOS

Las cáscaras de estos huevos se agrietan durante la calcificación y se reparan mediante el depósito de una capa de calcio encima, antes de la puesta. Este suceso suele ocurrir en épocas de mucho sol y cuando la iluminación es incorrecta -programas lumínicos superiores a 15 horas -, o existe hacinamiento y estrés. Esta característica puede incrementarse a medida que las gallinas tienen más edad.

HUEVOS CORRUGADOS

Se trata de huevos totalmente arrugados. Esto sucede cuando la membrana del huevo es más delgada de lo normal, fruto de una doble ovulación. Al existir dos yemas, la membrana tiene que estirarse más para cubrir el contenido extra del huevo, por lo tanto, el huevo no será suficientemente redondeado y la membrana será corrugada. En ella se depositará el calcio y dará lugar también a una cáscara ondulada. Las posibles causas son:
1. Huevos de tamaño extra grande, normalmente huevos de dos o múltiples yemas
2. Enfermedad de Newcastle y bronquitis infecciosa
3. Uso excesivo de antibiótico
4. Deficiencia en cobre o exceso de calcio
5. Glándula cascarógena defectuosa o factores hereditarios

HUEVOS CON DESPIGMENTACION

Los pigmentos de la cáscara han sido descritos como porfirinas u ovoporfirinas. Son compuestos cíclicos formados por cuatro anillos de pirrol y provienen de la degradación de hemoglobina durante la destrucción de los eritrocitos en el hígado.

Debido al origen de las porfirinas, es lógico pensar que las causas de daño en el hígado o de alteraciones en el metabolismo hepático puedan afectar a la pigmentación del huevo.
Las causas más destacadas giran mayoritariamente a aspectos ligados con la mala nutrición, los parásitos o algunos fármacos que afecten al hígado , pero aquí les detallo otras posibles causas:

1. Mala nutrición: la deficiencia en nutrientes, como proteínas o ciertos minerales, puede influir en la pigmentación de la cáscara y/o su formación.

2. Parásitos: una gran infestación por ascáridos o capilarias así como los ácaros rojos, pueden afectar al hígado y causar cáscaras más pálidas.

3. Diferentes enfermedades que causen daño en el oviducto e, indirectamente, afecten a la producción de huevos.

4. Gallinas viejas: a medida que la gallina envejece, hay una disminución en la intensidad del pigmento de la cáscara y por tanto se producen huevos más pálidos.

5. Estrés: la retención del huevo en la glándula cascarógena está relacionado con el estrés y, por tanto, la subsecuente deposición anormal de carbonato de calcio es una de las principales causas de huevos pálidos en las gallinas más viejas.

Factores como la alta densidad, la manipulación y/o los ruidos estridentes pueden dar lugar a la liberación de adrenalina en nuestras gallinas.

01/04/2023

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