03/10/2024
El cáncer en perros y gatos: cómo detectarlo y qué tratamientos existen
Los últimos estudios realizados a nivel mundial sobre el cáncer en perros y gatos dejan reflejado que está es una de las causas más comunes y mayores de muertes en estos animales, sobre todo cuando tienen una edad avanzada o sobre pasan de los 10 años de vida, casi la mitad de estas especies suelen desarrollar el mismo luego de rebasar dicha edad.
El cáncer no es una enfermedad individual sino una colección de
enfermedades con la característica común del crecimiento incontrolado del tejido canceroso. Las propiedades genotípicas y fenotípicas de un tipo de cáncer son características de cada tejido en particular. Es posible que el cáncer comience en cualquier parte del cuerpo, formado por billones de células. En condiciones normales, las células se forman y se multiplican (mediante un proceso que se llama división celular) para formar células nuevas a medida que el organismo las necesita. Cuando las células envejecen o se dañan, mueren y las células nuevas las reemplazan. Pero en ocasiones este proceso natural no sigue este orden y las células anormales o células dañadas se forman y se multiplican cuando no deberían. Estas células tal vez formen tumores, que son bultos de tejido. Los tumores son cancerosos (malignos) o no cancerosos (benignos). Los humanos y las mascotas prácticamente tenemos los mismos tipos de cáncer y más o menos en las mismas proporciones, aunque lo que sí es distinto en muchas ocasiones son las causas que lo producen.
La observación por parte de los propietarios, de cambios más o menos notables en el cuerpo de sus animales o en su estado general es vital para el reconocimiento precoz de los primeros síntomas de cáncer. Como sucede con las personas, el cáncer en perros y gatos suele generarse e identificarse mediante la aparición de un tumor. Esta alteración causada por una división y multiplicación descontrolada de células puede llegar a provocar el aumento de volumen de cierta masa de tejido (el tumor). Es importante recordar que la aparición de un tumor no significa que sea cáncer ya que pueden ser benignos o malignos. Sin embargo, los tumores malignos pueden ser de tipo canceroso y conllevar consecuencias fatales para la mascota si se extiende por otras células del organismo. Al existir varios tipos de cáncer, los signos son diferentes y poco específicos, además de que la mayoría de las veces, no suelen ser evidentes para el propietario, sino hasta que la enfermedad ya está muy avanzada. Por ello, los dueños de las mascotas deben estar pendientes no sólo de lo que pueden apreciar con la vista o el tacto, también hay signos de alerta generales como son:
Bultos o inflamaciones anormales que no desaparecen y/o crecen. Úlceras y heridas que no cicatrizan.
Pérdida de apetito.
Mal aliento.
Pérdida de peso que no puede explicarse por otras causas.
Dificultad para comer o tragar.
Cojera o rigidez persistentes.
Dificultades para respirar o escasa resistencia física.
Dificultad para o***ar o defecar.
Hemorragias o secreciones por cualquier orificio corporal.
Estos signos también se pueden atribuir a otras enfermedades, aparte del cáncer: por ejemplo, la cojera puede aparecer con un tumor óseo, pero también puede ser debida a artrosis en un perro viejo. El diagnóstico diferencial entre un cuadro neoplásico (es decir, algún tipo de cáncer) y uno no neoplásico solamente puede hacerlo su veterinario, siempre y cuando tenga todos los métodos y recursos para ello.
En los gatos los más comunes son los linfomas, que están estrechamente relacionados con el sistema inmunitario: los animales que padecen algún tipo de enfermedad inmunológica, bastante frecuente en gatos rescatados de la calle, son especialmente susceptibles de padecer linfoma.
Entre los perros, los cánceres con mayor número de diagnósticos son el de piel, el linfoma y el osteosarcoma o cáncer de huesos; entre las hembras se diagnostica también con frecuencia el cáncer de mama, especialmente entre aquellas que no han sido esterilizadas. Los tumores, tanto malignos como benignos (los que no derivan en cáncer), aparecer con mayor frecuencia a partir de los 8 años de edad, aunque también los animales más jóvenes pueden sufrirlo.
La proporción de un determinado tipo de cáncer varia bastante entre razas y algunas están más predispuestas que otras: las que tienen mayor probabilidad de padecer cáncer son, por este orden, el Boxer, el Beagle, el Golden Retriever y el Rottweiler. Los perros de pelo corto están más expuestos a sufrir el cáncer de piel, el más frecuente entre perros.
Para determinar si hay algún tumor, las dos primeras pruebas que suelen hacerse son una radiografía y una ecografía. En caso de detectar uno, para determinar si se trata de cáncer – y de qué tipo – se realiza una citología o biopsia: en la primera se extraen células de la zona afectada con una punción, mientras que con la segunda extraemos un fragmento de tejido afectado. La biopsia se realiza si los resultados de la citología no son concluyentes, ya que requiere anestesiar al paciente.
Una vez diagnosticado el cáncer es importante valorar varios puntos para tomar la decisión de hacer un tratamiento oncológico a nuestro perro o gato. El veterinario nos va a ayudar explicándonos en qué consiste, el coste de este y la calidad de vida que puede suponer para nuestra mascota. Los tratamientos actuales son:
Cirugía oncológica: para tumores localizados y en zonas operables en los que no haya existido metástasis. En ocasiones se suele hacer alguna amputación, cosa esta que las mascotas suelen adaptarse luego con normalidad.
La quimioterapia: en aquellas neoplasias que se han extendido o no son operables, la quimioterapia es la opción más empleada en veterinaria. Requiere análisis periódicos ya que tiene efectos secundarios a nivel hematológico, hepático y renal principalmente. El uso de CBD es recomendado, a veces, para el alivio de síntomas relacionados con este tratamiento, aunque todavía no hay estudios suficientes que confirmen su utilidad.
La radioterapia: Son pocos centros veterinarios habilitados e cuentan con esta técnica existente en diversos países, pues la misma es muy costosa y encarece mucho el tratamiento. Dicho sea de paso en nuestro país Cuba no contamos con la misma.
Tratamientos paliativos: Aquellos encaminados a mejorar la calidad de vida del paciente y principalmente destacamos la mejora nutricional (suelen tener pérdida de peso y apetito) el manejo del dolor (los osteosarcomas, de la cavidad oral) y considerar en algunos casos la eutanasia humanitaria como acto clínico responsable para poner fin a su sufrimiento. La medicina alternativa es otra opción de tratamiento para paliar los síntomas relacionados con tratamientos más agresivos
Igual que en las personas, en los animales es difícil prevenir el cáncer porque su causa es multifactorial. Se ha visto que algunas intervenciones reducen la probabilidad de desarrollar algunos tipos de cáncer (p. ej.: esterilizar a las perras antes del primer celo para evitar tumores mamarios).
Sin embargo, es importante destacar que, muy probablemente, el esforzarse por conseguir que nuestras mascotas hagan una vida sana (alimento, ejercicio, calidad del aire, etc.) reducirá el riesgo de cierto tipo de cánceres.
Somos Servicios Veterinarios Méd.Acosta Bayamo. Siempre pensado en la Salud y Bienestar Animal.