24/10/2021
EHRLICHIOSIS CANINA 🐶
La Ehrlichiosis es una de las principales enfermedades infectocontagiosas, donde la principal especie que afecta a los perros es la Ehrlichia canis, una bacteria gram negativa, intracelular obligatoria de los leucocitos (monocitos) (Nelson y Couto, 2001).
La transmisión de la E. canis ocurre principalmente con la participación de un vector, la garrapata Rhipicephalus sanguineus (Alves et al., 2005), también conocida como la garrapata marrón del perro, y de forma menos frecuente a través de transfusión sanguínea. Cuando la garrapata se alimenta de la sangre de un perro infectado, se contamina al ingerir los leucocitos infectados por la E. canis y posteriormente cuando realiza la hematofagia en un perro sano, inoculará junto con su saliva, la forma infecciosa de la E. canis. Esta infección puede ocurrir durante cualquier etapa del ciclo de vida de la garrapata y dicha etapa podrá permanecer infecciosa por un periodo de hasta un año (Woody et al., 1991).
La fase subclínica se caracteriza por la persistencia de la E. canis en el animal (Mendonça et al., 2005), algunos perros pueden convivir por años con el parásito en esta fase de la enfermedad y los perros inmunocompetentes pueden eliminar el parásito a través del sistema inmune y recuperarse sin ningún tratamiento (Andereg; Passos, 1999). En esta fase el animal parece sano y es cuando se observa alta concentración de anticuerpos para E. canis en la sangre de los perros infectados. Al final de la fase subclínica se establece la fase crónica, debido a la ineficiencia del sistema inmune del animal. Los síntomas son graves, presentando pancitopenia, glomerulonefritis, hemorragias y aumento en la susceptibilidad a infecciones secundarias. Esta fase asume características de una enfermedad autoinmune, y la principal característica es la instalación de hipoplasia de médula ósea, resultando en anemia aplásica. Durante esta fase, difícilmente se encuentran inclusiones de mórulas de E. canis en los leucocitos. En hasta un 50% de los casos en fase aguda y crónica, se observa la presencia de lesiones oculares, como hemorragias en conjuntivas y uveítis entre otras (Mendonça et al., 2005).
Para el tratamiento de la enfermedad, en todas sus fases, la doxiciclina en la dosis de 5 mg/kg, cada 12 horas o 10 mg/kg cada 24 horas por al menos 21 días, es el antibiótico de elección (Tilley; Smith; Francis, 2003). Presenta acción bacteriostática al actuar inhibiendo la síntesis proteica de los microorganismos sensibles, entre ellos, bacterias gram-positivas y gram-negativas aeróbicas y anaeróbicas, clamidias y rickettsias (como la E. canis).