23/10/2024
SOY PELUQUERO CANINO.
Soy peluquero canino ... cuanta desinformación en una profesion tan grande.
Aún , despues de casi 26 años dedicándome a esta profesión, a veces, cuando me preguntan a que me dedico, yo mismo me sonrojo antes de responder a sabiendas de que generalmente, cuando contestas tu respuesta ira seguida de una cara de extrañeza , como si te estuvieras quedando con el personal y tu trabajo fuese de broma.
Asi nos ve gran parte de la sociedad, como si nuestro trabajo fuese de segunda división.
Todavía recuerdo, ya inmerso en la profesión cuando mi padre me pregunto de manera peyorativa ¿ es que vas a ser perrero ? ...
Ser peluquero canino significa mucho mas que pelar perros. Ser peluquero canino representa ser una persona paciente y reflexiva, significa también pasión y conocimientos, destreza, habilidad y empatía.
Ser peluquero canino a sabiendas que nunca ganaras dinero suficiente, que no siempre seras valorado ni compendido .
Ser peluquero canino a pesar de que sabes que tu trabajo entraña riesgos físicos, un alto desgaste físico y emocional.
Ser peluquero canino cuando tus clientes no atienden de manera adecuada a sus perros y sentiras estrés empático ante casos graves de abandono doméstico.
Ser peluquero canino cuando después de una larga jornada laboral tus esfuerzos no solo no son recompensados sino que en muchas ocasiones ( demasiadas ) seran incluso puestos en entredicho o incluso menospreciados.
Ser peluquero canino , cuando tus clientes te abandonan durante años pero te buscan cuando su anciano perro necesita de tu comprensión, capacitación y te muerdes la lengua por que deseas volver a poner de tu parte .
Ser peluquero canino cuando sabés que serás duramente castigado cada vez que cometas un error. Ser peluquero canino . SI , Incluso cuando te tiras al suelo por que tu cliente es demasiado viejo para tenerse de pie...aunque luego levantarte ya no sea igual de fácil que antes .
Y es que, ser peluquero canino, no es una profesión para todo el mundo .
Nosotros los peluqueros caninos, somos de una casta especial y nuestra recompensa en ocaciones es únicamente la de sentirnos satisfechos por la pasión que nos mueve.
Por Juan Martínez