12/08/2019
Hay retos veterinarios que preferiríamos no tener que afrontar, pero Ina ya no parecía un galgo por el edema en su cara que le producía la cicatriz que rodeaba su cuello tras escapar de un ahorcamiento. Fue rescatada con una cuerda encajada en su cuello y el TAC que le hicieron en la Universidad de Córdoba mostraba que los vasos del cuello estaban atrapados por la cicatriz. Sus adoptantes Jorge e Inma no querían asumir el riesgo de liberar la cicatriz, pero tras dos años han decidido intentarlo por el edema y problemas respiratorios que provoca la cicatriz al seguir retrayendose. Tras nuestra exitosa experiencia con el galgo Lucas que sufrió el mismo trato de un galguero, decidimos liberar la parte fibrosa de la cicatriz por la zona dorsal donde no hay vasos ni nervios importantes. La operación ha sido un éxito y esperamos que Ina recupere una funcionalidad normal progresivamente y, sobre todo, que no tengamos que hacer una intervención asi nunca más.