22/12/2024
Esta foto es de mi amado Doro en el último Gatuno Oculto de La iaia de los GATOS. Cómo echo de menos mimar a los gatunos, al gatuno oculto que era tan especial Como echo de menos el amor de mi vida, Doro.
Pero echar de menos no tiene porque doler.
Hace poco tiempo me dolía echar de menos a mi proyecto que terminó hace 3 años. Me dolía echar de menos todo lo que viví en Barcelona. Estaba tan desesperada, paranoica que decidí terminar de cruzar el túnel de la locura y me di la oportunidad de ir a Barcelona. Ha sido un viaje de muchos kilometros, poco tiempo y repleto de ilusión. Necesitaba sentir lo que fue mi casa por trece años, necesitaba sentirme allá, revisitar mi vida. Entonces, algo cambió en mi. La paranoia se tranquilizó. Por fin sentí/entendí que mi vida no paró en Barcelona, mi proyecto no se quedó en standby. Finalmente sentí que yo ya no existo en este paisaje, mi vida de hace 3 años ya no está.
Durante estos años no quise soltarme de mi vida en Barcelona y de lo que fue lo más lindo que he creado, La iaia de los GATOS. No quería dejar todo eso ir porque es un pedazo enorme de mi, de mi história, de mi corazón. Pensaba que si yo lo soltara lo iba a perder. Pero ahora empiezo a entender que todo lo que viví y construí hacen parte de mi para siempre. Que ahora puedo pensar en La iaia como algo maravilloso que viví. Que mi vida en Barcelona ha sido llena de experiencias únicas. Pero ahora mi pasado ya no es dolor. Los recuerdos son pedazos de mi ser.
Finalmente entendí que mi vida de antes no es algo que perdí y que duele. Y sí, es algo bonito y eterno en mi corazón.
Deseo a todos un 2025 con la cabeza en paz y calladita.