05/11/2022
QUERIDO HIJO:
Cuando nos digas que quieres tocar a un animal, a veces te diremos que se puede y otras que no, pero te enseñaremos a leer el movimiento de sus orejas y su rabo para que tú también puedas entender el porqué.
Querido hijo, cuando quieras correr detrás de él te diremos que no, pero nos sentaremos en el suelo contigo a esperar a ver si viene.
Y si no lo hace y te frustras, te ayudaremos a comprender que los animales son libres y que deben poder decidir la distancia que ponen con nosotros. Y que si quieres que esté más cerca de ti, vas a tener que ganarte su confianza poco a poco.
Querido hijo, cuando un animal te ladre, gruña o bufe, te enseñaremos a comprender que puede que tenga miedo, o que quizá le estamos haciendo sentir mal.
Querido hijo, cuando quieras tocarle mientras duerme, jugar cuando no quiere, o tenerle entre tus brazos en contra de su voluntad, te enseñaremos que los animales no están aquí para obedecernos ni para cumplir nuestras expectativas.
Querido hijo, cuando te encuentres un animal que necesita tu ayuda no mires para otro lado, te enseñaremos a ayudar a los animales con los que te cruces en el camino, aquellos que se hayan perdido, dañado o aquellos que aún no tienen un hogar.
Querido hijo, este planeta al que has venido necesita que te conviertas cuando crezcas en alguien consciente y responsable, pero sabemos que eso no puedes hacerlo tú solo, que somos nosotros quienes te debemos de enseñar.
Porque los peques educados de hoy, seréis los adultos responsables del futuro.