28/01/2025
¡Buenas noches, chicos!
Lleváis tiempo pidiéndome que hable sobre la compra de un perro o de una mascota en general, pero por motivos obvios voy a centrarme en perros, aunque prácticamente todo lo que diga puede extrapolarse a gatos, hurones, ratas (y probablemente a otros animales).
Parece, según la lógica (o ilógica, depende de cómo se mire) actual, que hay que posicionarse a favor de la compra y en contra de la adopción (o al revés) como si estar a favor de una de las dos opciones nos hiciera, automáticamente, estar en contra de la otra. Como si fueran la cosa más incompatible del universo.
Yo, que me dedico a lo que me dedico, cuando he ido a comprar un perro, los criadores con los que he hablado (y no han sido pocos) se han sorprendido, de igual manera que cuando quedo con adoptantes para entregarles su perro y ven la mía, algunos se ven sorprendidos porque no sea adoptada.
Y es que, estar a favor de adoptar no debería, de manera automática, ponernos radicalmente en contra de la venta. Detrás de un buen criador y por lo tanto de un buen cachorro (y no hablo del perro como individuo si no de su genética, crianza y demás factores), hay, no sólo muchísimo trabajo y esfuerzo, si no muchísimo gasto. Un buen criador, que hace pruebas de salud a los perros con los que cría, que da una buena alimentación, que da atención veterinaria de primer nivel, que lleva a los perros a exposiciones y/o pruebas de trabajo, que trae ejemplares de buenas líneas, etc. mete mucho dinero en todo lo que supone criar.
Una de los principales argumentos del lobby animalista para estar en contra de la venta y para condenar a todos los que compramos un perro (y a los que los venden) es la típica frase de “con todos los que hay en la calle, no voy a pagar por un perro”, como si comprar un perro hiciera directa y literalmente que otro se quede en la calle, cuando literalmente el único motivo para que un perro se quede en la calle es, directamente, la persona que lo abandona.
Llevo en el mundo del rescate nueve años y medio, he tenido perros de criador (y he sido consciente de casos de perros de criador) en muy contadas ocasiones. A lo mejor, y tirando por lo alto, unos 20 perros de los que he llegado a recoger, tenían LOE y venían de criador (ni siquiera digo de buen criador, porque no lo sé). Frente a los, redondeando, 800 perros que he recogido, estos 20 perros de criador suponen un 2,5% de perros de criador abandonados.
¿Significa esto que únicamente el 2,5% de los perros que son comprados forman parte del abandono? Ni de lejos, porque, probablemente, tres cuartas partes de los perros jóvenes o adultos que he recogido en estos años eran comprados. Si tuviéramos en cuenta que aproximadamente dos quintas partes de los perros que he recogido eran jóvenes o adultos, significaría unos 240 perros de esos 800 iniciales, es decir, un 30%. No soy matemática y no sé si los números están perfectamente hechos, pero creo que este conteo sirve para ver de manera gráfica el problema.
¿De dónde vienen, entonces, todos esos perros comprados que no provienen de un criador responsable? Pues de juntaperros. De personas como el típico vecino del barrio que tiene dos perros de X raza (sin ninguna documentación que lo acredite) pero que dice que son bonitos y que son los mejores y que va a tener una camada porque sus perros son tan buenos que los cachorros van a ser la bomba. De esa otra familia que como su perra es un encanto, quieren un hijo suyo y le buscan novio por internet. De ese otro tipo que ve dinero fácil en malvender por 300€ cachorros de mes y poco, sin vacunar ni desparasitar (de socializar ya, ni hablamos), al primero que suelte la tela.
Todo este tipo de gente es la causante del problema con la venta de perros. Y dejo claro aquí, que no hablo de perros de utilidad que se crían sin pedigree porque lo que se busca es un perro que funcione. De eso, ya hablaremos en alguna terraza tomando cada uno lo que le venga en gana.
Por todo esto que os cuento, es absurdo condenar de “mal dueño” o, directamente, de “mala persona” a alguien que ha comprado un perro con más cabeza que la que muchos que adoptan. Condenar a un buen criador porque hay muchos más juntaperros es como condenar a todas las protectoras porque hay algunas que no hacen un buen trabajo. Os aseguro, que hay muchísima más gente que adopta sin conocimiento ni pensarlo y valorarlo bien, que gente que compre un perro a un buen criador sin haber buscado opciones, haberse informado y haber mirado las cosas.
Me hace gracia este tema, porque yo que lo vivo “por las dos partes”, veo muchísimo más habitualmente el perfil de alguien que busca un perro “sin importarle” las características del animal porque considera que con sacar un animal de la calle y darle una casa, ya está haciendo una buena labor, cuando, y me remito a las pruebas, la mayoría de las adopciones que se llevan a cabo sin valorar que el perro y el adoptante cuadren en varios aspectos esenciales, acaban fatal.
Podría decir muchísimas más cosas sobre la venta y la adopción, pero tampoco quiero hacer una publicación enorme, aparte de que el discurso se ramificaría tanto que sería complejo organizar la información. Espero vuestros comentarios y vuestras opiniones, ya que estaría bien que de una publicación de este estilo surgiera un debate sano e informado. ¿Qué más cosas os gustaría saber sobre el tema?
En la foto, os dejo a Arwen (Enara de Valdecabritos), la perra comprada de una persona que se dedica en cuerpo y alma al rescate animal.