03/10/2024
¿Engaño, o evolución?
Hay un comportamiento muy curioso que comparten muchas especie de Quercus, algo que se conoce como marcescencia. Os lo describo y luego lo analizo, veréis que también se trata de una sorprendente forma de defenderse ¿De quién? lo veremos en seguida. Antes, la descripción.
Algunos robles y otros árboles, como las hayas y los carpes, no son de los que arrojan de golpe sus hojas al notar frío en otoño, al contrario, retienen sus hojas secas durante el invierno pegadas a la rama en lugar de dejarlas caer en otoño.
Y claro, hay varias teorías sobre por qué ocurre esto, cualquiera de ellas puede ser la correcta. O hasta me atrevería a decir que todas lo són.
Primera teoría, se piensa que es una protección contra herbívoros, efectivamente, las hojas secas no son apetitosas y pueden disuadir a los animales de comer las ramas tiernas durante el invierno.
Segunda, buscar un aislamiento térmico, o sea, un abrigo, ya que esas hojas secas pueden proporcionar una capa adicional de protección contra el frío extremo.
Y tercera, buscar un retraso en la descomposición de las hojas. Al mantener las hojas en las ramas, estas caen gradualmente al suelo, y por tanto, se descomponen por turno de llegada, así, los nutrientes se liberan más lentamente en el suelo, beneficiando al árbol en la primavera.
O puede que, después de todo, la marcescencia podría ser un vestigio evolutivo de tiempos en los que los robles y otros árboles marcescentes vivían en climas más cálidos y eran perennes. En esos tiempos de temperaturas agradables, retener las hojas podría haber sido una ventaja para la fotosíntesis durante todo el año. A medida que el clima cambió y se volvieron caducifolios, algunos árboles podrían haber mantenido esta característica como una adaptación residual.
Vamos, como si se resistieran con todas sus fuerzas a desprenderse de las hojas.
Se cree que los robles aparecieron hace unos 35 millones de años, justo al final del Paleoceno, que fue un periodo benigno antes del cambio climático del Eoceno, período crucial para el destino de muchas plantas del planeta, si no se adaptaban al frío, morirían. El roble es uno de los que lo consiguió, se hizo a cualquier cambio, y así, encontramos ejemplos de robles caducifolios estrictos, otros marescentes que dejan sus hojas secas durante meses en las ramas, y otros perennes, como la Encina en Europa o el Quercus japónica en Asia.
El Mundo roble todavía guarda sorpresas, y secretos.