10/09/2016
Los gatos han desarrollado su comportamiento en función del entorno natural donde vivían, actualmente su integración en la vida urbana en ocasiones les produce situaciones que ponen a prueba su bienestar pudiendo llegar a dar problemas de comportamiento e incluso de salud. Ello no solo consiste en proporcionar agua y comida, si no que hay que aportarle recursos, que permitan desarrollar sus necesidades de comportamiento, para ello basta con hacer unos cambios sencillos en su ambiente.
Hay que entender que su antecesor, cuando vivía fuera del entorno humano, era un cazador solitario, que recorría un territorio donde se producían múltiples oportunidades de caza y se protegían de posibles depredadores y competían ocasionalmente con otros miembros de su especie.
La comunicación vocal, postural y sobre todo olfativa tienen una gran importancia. Tienen una gran sensibilidad a los olores y ruidos. Pudiendo detectar estímulos tanto olfativos como sonoros que a nosotros nos pasan desapercibidos.
Su estructura social difiere de la nuestra, y pueden vivir bien, solos o en compañía de otros gatos.
Proporciónale un lugar seguro
Los gatos necesitan un lugar seguro donde sentirse protegidos, las condiciones de esos lugares es que a poder ser pueda entrar desde varios sitios. La mayoría de los gatos prefieren un lugar donde puedan estar ellos solos, protegidos por paredes y elevados del suelo, y con capacidad para observar el entorno.
Una caja de cartón, un transportín, o módulos comerciales con plataformas son lugares adecuados. Debe haber al menos tantos lugares de estos como gatos, y algo distantes entre ellos.
Asegura una interacción con el ser humano consistente, apacible y positiva
Cada gato tiene preferencias individuales respecto a la forma de interaccionar con el ser humano; acariciando, frotándose, jugando, acostándose o sentándose encima de la persona.
El periodo de socialización de los gatos ocurre entre la segunda y séptima semana de vida, y es importante en esta fase un contacto adecuado con el ser humano para facilitar la interacción positiva con nosotros. Hay que recordar que cada gato tiene sus preferencias individuales, debe ser el gato el que inicie la interacción, elija y controle el tipo de contacto, no se debe castigar ni obligar a forzar la interacción. Espera a que sea él el que acuda y recompensa con caricias suaves o algo de comida.
Aporta los recursos básicos ambientales de forma separada
Los recursos básicos; agua, comida, área de juego, zona de descanso, zona para deposiciones, rascadores tienen que estar separados entre ellos Si hay más de un gato proporcionar tantas como número de gatos haya más una .Hacerlo de tal forma que alguno de ellos se sientan amenazados por los otros gatos al acudir a ellos. Intentar que no esté en zonas de paso o ruidosas.
La dificultad en acceder a esos lugares puede dar lugar a molestos comportamientos y tener impacto en su salud.
Proporciona oportunidades para que jueguen y desarrollen comportamiento de caza
El juego y la conducta de caza son naturales en esta especie. El juego puede ser estimulado con juguetes interactivos y de forma indirecta, es decir que el objeto cazado no sean nuestras manos o pies.
Los gatos pueden necesitar capturar a la presa por lo que de forma intermitente para prevenir la frustración, la secuencia de caza debe culminar con un trocito de comida. Cualquier cosa puede ser un juguete y no es preciso gastar dinero, punteros (cuidado con los ojos), cilindros de cartón, bolas de papel de aluminio. Es recomendable no facilitar el juego con objetos como hilos o lanas por el riesgo de ingestión.
En cualquier caso el juego debe ser con movimiento y que el animal disfrute del mismo.
Ten en consideración la sensibilidad olfativa del gato
A diferencia de lo que sucede en los seres humanos, en los gatos el olfato tiene una gran importancia usan el olfato para evaluar su entorno. Los gatos marcan su entorno frotando su cara y su cuerpo, depositando feromonas que permiten establecer límites en los cuales ellos se sienten seguros. Evita limpiar esas zonas, en especial en situaciones en que el gato se pudiera encontrar inseguro, tales como la introducción de nuevos gatos o en nuevos entornos familiares. Existen feromonas sintéticas que pueden imitar las feromonas naturales y proporcionar un efecto calmante en situación de estrés.
Algunos olores como el olor de otros animales, detergentes, limpiadores o ambientadores pueden ser considerados una amenaza por los gatos. La presencia de olores fuertes y la incapacidad para dejar sus feromonas puede llegar a dar comportamientos inadecuados como o***ar o depositar sus heces fuera del cajón, rascar en sitios o marcar con o***a.
Una de las funciones del rascado es depositar el olor personal del gato, para evitar que se produzca en lugares no deseados hay que proporcionar recursos de textura y olor adecuados. Aparte de los comercializados puede servir un trozo de moqueta, un felpudo. Conviene depositar un poco de las sustancias que sintetizan en las patas para animar a su uso. Colocarlo en la zona de descanso del animal, pintar con un rotulador unas líneas anchas también ayuda.
En algunos casos la imposibilidad de gestionar estas amenazas olfativas puede llegar a desarrollar enfermedades asociadas al estrés.
Si observas que tu gato no se acicala como antes, no juega y pasa mucho tiempo escondido y sin interaccionar contigo, no come o encuentras o***a fuera de la caja consulta al veterinario.